«En Galicia, tener hijos no es hoy una prioridad social ni familiar»

Alfonso Andrade Lago
a. andrade REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Ve «insuficiente» el apoyo institucional y apuesta por seguir el modelo irlandés

09 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La falta de ayudas no anima a tener hijos, pero según Carlos Ferrás Sexto, director del Grupo de Investigación Gis-t Idega y profesor de Xeografía Humana en la USC, hay otro problema de fondo, cultural, que tiene que ver con nuestra sociedad «patriarcal».

-¿El coste de criar un hijo le parece hoy asumible?

-Los datos obedecen a estimaciones para familias tipo, pero los gastos dependen de la condición socioeconómica y cultural, de los ingresos, de las prioridades. Es evidente que no es lo mismo criar en Galicia que en Madrid, ni en la ciudad o en el medio rural. Debemos ser muy prudentes con esos datos. Pero parece claro que en Galicia tener y criar hijos no es hoy una prioridad social ni familiar; es evidente que las prioridades están más relacionadas con el progreso profesional o personal de las madres y los padres en sus ambientes sociales o en el difícil mercado de trabajo.

-¿Está lastrando este coste al país y afectando a la demografía?

-Efectivamente. En otros países el Estado subsidia directamente a las familias por cada hijo hasta su mayoría de edad o su incorporación al mercado laboral. En Irlanda son más de 120 euros al mes por el primero, que se doblan en el segundo, y así sucesivamente. Esto no existe en Galicia ni en España. Es evidente que la crianza de los hijos en nuestro entorno se percibe como un problema que condiciona el desarrollo profesional de los padres; principalmente de las madres. Como ejemplo, en la Universidad es frecuente oír a catedráticas lamentarse de sus renuncias familiares, e incluso a la maternidad, por el ascenso en la carrera académica; pensemos si no por qué las cátedras son ocupadas mayoritariamente por hombres. En Galicia, las mujeres se han incorporado al mercado de trabajo decididamente, y la maternidad y la crianza de los hijos ha quedado relegada porque las relaciones de género son todavía patriarcales en un marco laboral insuficiente, escaso y muy competitivo.

-¿Son suficientes las ayudas para la crianza?

-No. Y las que existen son indirectas y están orientadas a las rentas del trabajo, fundamentalmente. El modelo a seguir es el de Irlanda, el país de Europa con mejor proyección demográfica. En Galicia tenemos que asegurar una calidad de vida suficientemente atractiva para retener a nuestros jóvenes y garantizar nuestro futuro demográfico, social y cultural. No podemos pensar en ayudas paternalistas y puntuales cuando nace el hijo o cuando va a la guardería porque los verdaderos gastos comienzan ahí. La familia debe autogestionar las ayudas.

-¿Qué tal estamos respecto al resto del país?

-Desde el punto de vista demográfico, somos junto con Asturias la comunidad con peores datos de fecundidad y mayor envejecimiento; de las peores de todas las regiones europeas. Tenemos unos siete nacimientos por mil habitantes, frente a unas trece defunciones. Es decir, que cada vez mueren más personas que no son reemplazadas y con ello perdemos habitantes. Además, no somos capaces de atraer inmigración. Por tanto, las ayudas no son efectivas. Es evidente.

-¿Cómo ha afectado la crisis al crecimiento demográfico?

-Expulsando a los inmigrantes que llegaron durante la fase álgida del ladrillo, que en su momento contribuyeron al incremento de la natalidad. Sin embargo, la población autóctona tampoco percibió la crianza como una prioridad antes de la crisis. Las prioridades ya eran otras.

-¿Qué medidas deberían impulsarse para dar la vuelta a la situación?

-La economía debe dinamizar el mercado laboral y reducir el desempleo, pero también es preciso vencer el patriarcado cultural en las relaciones de género con la protección de la maternidad y ayudas directas a las familias en período de crianza. También creo que se requiere vencer las inercias de horarios de trabajo imposibles, de sol a sol, y favorecer la compatibilidad entre trabajo y atención a la familia. Para esto es necesario que el Gobierno autónomo y el estatal asuman una gestión planificada y ordenada de los recursos públicos. Galicia necesita definir un plan estratégico contando con los ciudadanos.