Verín le pone pedales al árbol

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Santi M. Amil

Un artesano gallego fabrica y exporta bicicletas de madera de alta gama

20 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es cosa de niños soñadores. De los que se subían a los árboles y eran unos torbellinos en la bici. Gerardo Fernández Pousada (Verín, 1980) es el Geppetto gallego que le puso ruedas y pedales a su Pinocchio para resumir los sueños de los cativos gallegos en una bicicleta para sibaritas, la Cyclowood, elaboradas con madera, y con diseños exclusivos.

Hace un siglo fue el bisabuelo Agustín, artesano del mueble, el que imaginó un velocípedo de última generación. Funcionó, pero su negocio era otro. Continuaron enamorados de la madera su hijo Francisco y su nieto Gerardo, hasta ser pioneros en curvados macizos.

Son ahora los bisnietos Gerardo y Francisco los que encabezan un elenco de una decena de empleados que fabrican en Verín biciclos «con una técnica secreta», en palabras del gerente de Cyclowood, Gerardo Fernández. «Solo puedo decir que la técnica que utilizamos está basada en las propiedades del hueso humano», añade. En Aragón comercializan creaciones de bambú, pero requieren mantenimiento.

La firma ourensana pone en el mercado modelos de carretera (con cuadros de un peso entre 1.600 y 2.300 gramos), ciudad, montaña y románticos (que incluso tienen las ruedas de madera) a precios que oscilan entre los cinco mil y los diez mil euros. «El que compre una tiene que ser una persona con mucho dinero y muy aficionada a las bicicletas», explica el exciclista vivariense del Xacobeo Alejandro Paleo, que competirá con una esta temporada.

Aunque el ultrafondista sudafricano Clinton Sumner acaba de cubrir los 1.250 kilómetros que separan Alicante del Tourmalet en una de estas bicicletas verinenses, la competición de élite no es el objetivo que persigue Gerardo Fernández. «Ese no es el espíritu con el que nacen las Cyclowood, aunque no lo descartamos», recuerda. Hace seis años que decidió dar un golpe de timón en la empresa familiar para sortear la crisis del sector mobiliario. «Al fin y al cabo, la madera tiene una resistencia a la fatiga mayor que el acero, ofrece mejor amortiguación que el carbono, es fácil de restaurar, resiste todo tipo de condiciones meteorológicas y nos da la posibilidad de crear bicicletas únicas de forma ecológica», afirma.

Fresno, cedro, teca y nogal son las especies seleccionadas en un proceso de fabricación que incluye la ultravaporización para estabilizar el material y que no sufra ante las tensiones y aparezcan grietas; y el secado mediante corriente de alta frecuencia, para que después los cambios de temperatura y humedad no afecten al cuadro.

El fabricante gallego es excepción en el mundo del ciclismo en términos de calidad y componentes. Centroeuropa es su principal mercado, que será ampliado al Reino Unido. En España, Barcelona, Málaga y Mallorca son los principales destinos de sus creaciones.