Operación Pokémon: Liñares admite que Vendex le dio 300.000 euros en sobornos

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

Dice que quiere devolver a la sociedad «el patrimonio que ilícitamente» se llevó

13 feb 2014 . Actualizado a las 12:57 h.

Uno de los principales artífices de la trama puesta al descubierto por la jueza De Lara, Francisco Fernández Liñares (exconcejal de Lugo y expresidente de la Confederación Hidrográfica) reconoció haber recibido sobornos. Sin embargo, los considera como «donativos». De todos modos, antes de someterse al larguísimo interrogatorio le hizo una advertencia a la magistrada: «Me arrepiento de lo que hice, sobre todo en un momento de tanta crisis en el que tantas personas lo pasan mal y no tuvieron el privilegio de un puesto como el mío, que, seguramente, perderé». Después mostró su voluntad de «resarcir a la sociedad, a Hacienda o a Justicia, el patrimonio que ilícitamente me llevé».

Según se desprende de su larga declaración, recibió pagos de nueve empresarios por un importe aproximado de unos 300.000 euros en un período de tiempo de diez años, mientras fue concejal y presidente de la confederación hidrográfica. La jueza le preguntó en qué invirtió el dinero. Liñares respondió que, la mayor parte, en acciones de Artenosa, empresa que tuvo en exclusiva el contrato de la publicidad de los buses de Lugo.

Entre quienes pagaron al exconcejal lucense figuran dos policías locales: uno de ellos le dio 18.000 euros por preparar a un sobrino para las oposiciones a agente que aprobó y otro un Rolex de oro en relación con unas mejoras urbanísticas en una finca en la que se asienta una nave comercial.

En la lista de regalos que recibió figura un reloj del año 1880 que, dijo, le entregó una mujer que se presentó a unas pruebas en las que él estaba en el tribunal y lo hizo, recordó, en agradecimiento porque había trabajado en uno de los departamentos de su concejalía. Además, recibió plumas estilográficas y botellas de vino. Algunos empresarios le dieron también cabritos, conejos, truchas y perdices, además de hacerle plantaciones y desbroces gratis en sus fincas.

Liñares también reconoció tener percepciones fijas mensuales de 1.500 euros que, dijo, salían de la empresa a la que el Concello le concedió el servicio de grúa, y también 1.000, provenientes de Doal, la firma que tiene la ORA, perteneciente al grupo Vendex. De todos modos advirtió que no conocía los métodos de envío y cuando la jueza le preguntó qué era un bote de pintura dijo que, quizás, fuesen 1.000 euros.

Al menos en su larga primera declaración no hay constancia de que involucrase al alcalde López Orozco en el cobro de alguna cantidad mensual en concepto de mordida. En otro momento expresó que le hacían creer que parte del dinero que venía de Madrid, enviado por el jefe de Vendex, era para el alcalde, pero sospecha que «se lo quedaban ellos», haciendo referencia a otras dos personas imputadas. La jueza le aclaró que si se enviaban 3.500 euros de Madrid y a él solo le llegaban 1.000, le estaban robando 2.000 que sospecha que iban para él. El imputado le contestó que no creía que esa cantidad fuera para él. A la jueza le falta el destinatario de 500 euros, aunque Liñares le dijo que creía que solamente llegaban de Madrid sobres con 3.000 euros.

El exedil lucense señaló que se había reunido en el Zalacaín de Madrid con el jefe de Vendex y que posiblemente fuese antes de la adjudicación de la grúa. Reconoció que el soborno (él no menciona en ningún momento esa palabra) se lo daban en agradecimiento por la concesión del servicio, aunque cree que no deberían darle nada. En otro momento expresó que ese pago podría deberse a un error.

La jueza quiso saber por qué le daban mordida a él cuando ya no estaba en el Ayuntamiento de Lugo y las razones por las que fue a la capital de España a la reunión en la que presuntamente se estableció las cantidades que enviaría Vendex en los sobres. La versión de Liñares es que lo llevaron a ese encuentro «para despistar» y que Gervasio Rolando Rodríguez, el jefazo del grupo, creyese que era él quien mandaba en el Ayuntamiento.

El proceso de adjudicación de la ORA también ocupó bastantes minutos del interrogatorio. La jueza le recordó que en el registro efectuado en su casa apareció un borrador de la oferta del año 2008 y un proyecto técnico conteniendo la valoración con todas las ofertas presentadas por las empresas. El acusado explicó que no recordaba aspectos de la adjudicación y destacó: «No influí en la adjudicación a Doal». En otro momento explicó que el expediente lo tramitó el servicio de contratación del Ayuntamiento con la ayuda de un ingeniero.

Oferta del 15%

Fernández Liñares reconoció que un grupo de empresarios que habían adquirido un laboratorio, con los que comió en un restaurante de Lugo, le ofrecieron repartirse un 15% si conseguían un contrato sobre calidad de las aguas. El expresidente de la Hidrográfica de Lugo, reconoció haberle entregado un borrador conteniendo detalles del concurso a un miembro del PSOE lucense, que intervino en la comida, pero negó haber mediado para que lograsen el concurso porque no tenía capacidad para ello.

Ese contrato motivó que la jueza se interesase de alguna manera por el papel de la que entonces era ministra de Medio Ambiente, la ourensana Elena Espinosa. El exedil lucense le dijo que no tenía buenas relaciones con ella y que el concurso dependía de la directora general de Aguas.

El exconcejal de Lugo admite que recibió unos 300.000 euros de empresarios

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