Inmigración en masa, a debate

GALICIA

10 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

De manera recurrente es noticia el drama humano de los inmigrantes ilegales que arriesgan y, muchas veces, pierden la vida en el intento de acceder a Europa. Así, estos últimos días, la muerte de varios subsaharianos que querían llegar a nado a las playas de Ceuta nos ha vuelto a golpear con toda su crudeza. El debate sobre si el cierre de fronteras es la solución parece una cuestión lejana para quienes no vemos todos los días cómo seres humanos afrontan de manera desesperada lo que consideran el último tramo hacia la libertad, saltando vallas plagadas de cuchillas o subiéndose a precarias embarcaciones para navegar por las procelosas aguas de un mar que jamás antes habían visto. El problema es de tan difícil solución como el de la injusticia social, el hambre, la miseria y la guerra que azotan África y el de la erradicación de las mafias que engañan a gente muy necesitada. La otra cara de la moneda es la ajustadísima aprobación, por un 50,4 % de los votos a favor frente a un 49,5 % en contra, de la iniciativa popular, bautizada «contra la inmigración en masa» planteada por el partido conservador suizo Unión Democrática de Centro. Refleja esta votación la polarización social entre aquellos que tienen la sensación de invasión, no para trabajar, sino para beneficiarse de las ayudas sociales que ofrecen algunos Estados, de muchos de los que han entrado en Suiza tras la aprobación de los acuerdos con la UE en el 2002, frente a aquellos que consideran imprescindible la llegada de mano de obra cualificada para ejercer las profesiones que los nacionales no pueden cubrir. En el trasfondo, subyace la voluntad de cribar a los inmigrantes impidiendo la entrada de elementos indeseables que constituyen un creciente problema social por estar vinculados a la delincuencia y a la marginalidad. Un proceso que, para algunos analistas, recuerda tiempos, no tan lejanos, de selección de la raza frente a otros que entienden que la seguridad y el bienestar que los ciudadanos suizos han logrado deben preservarse aunque ello suponga un deterioro de las relaciones con la Unión Europea.