El final de la A-8 acerca Galicia al resto del Cantábrico y a Europa

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

GALICIA

La ministra Ana Pastor, el presidente Feiioo y Pilar Rojo, ayer, en la inauguración los tramos.
La ministra Ana Pastor, el presidente Feiioo y Pilar Rojo, ayer, en la inauguración los tramos. xaime ramallal< / span>

Los dos últimos tramos que se abren hoy costaron 192 millones y eliminan 29 curvas

04 feb 2014 . Actualizado a las 17:46 h.

Las obras de la transcantábrica ya son historia en Galicia. Diez años de trabajos, contados desde la colocación de la primera piedra del tramo Ribadeo-Reinante en marzo del 2004; más de diez años anteriores, en los que la construcción de una autovía por todo el norte fue más una quimera que un proyecto y una causa de no poca controversia sobre el trazado que seguiría tras entrar en Galicia, y unas dificultades orográficas que han modificado diseños iniciales y engordado el presupuesto final de los dos últimos dos tramos hasta los 192 millones de euros. Todo esto ha quedado sellado ayer por la tarde, al menos desde el punto de vista protocolario.

Los dos tramos que estaban pendientes (Mondoñedo-Lindín y Lindín-Careira) se inauguraron en un acto que se celebró cerca de A Xesta (Abadín), final del tramo Lindín-Careira, y que presidió la ministra Ana Pastor. La apertura al tráfico, sin embargo, no se realizará hasta hoy.

La idea de una mejor conexión entre Galicia y el resto de la cornista cantábrica y Europa estuvo presente en los discursos. «Hemos ganado en tiempo, en funcionalidad», dijo la titular de Fomento, que incluso puso un toque personal en sus palabras recordando viajes de hace décadas por la N-634, cuando la vía obligaba a un esfuerzo que no todos los vehículos podían ofrecer por sus características de fabricación.

También recalcó que las inversiones de Fomento en la comunidad estaban lejos de cualquier intención de favoritismo: la intención del Gobierno, dijo, no es «dar más» a Galicia sino darle «lo que no se le había dado». Y citó a los exministros de Fomento José Blanco y Francisco Álvarez Cascos «por la parte que les toca».

También citó en su discurso otro aspecto que ha presidido las obras de la A-8, sobre todo en los dos tramos inaugurados ayer. Pastor aludió a la complejidad del trazado, cuestión que se comprende teniendo en cuenta que en los dos tramos, que suman 16 kilómetros, hay diez viaductos: entre ellos destaca el de Lindín, en el municipio de Mondoñedo, con una longitud total de 757 metros y altura de pilas de 100.

Adiós a 29 curvas

El nuevo trazado, aunque limitado a cien por hora, mejora de modo notable la circulación, ya que elimina las 29 curvas que hasta ahora aparecían ante los conductores en el tramo de la N-634 comprendido entre Arroxo (Lourenzá) y A Xesta, de 18 kilómetros de longitud.

En el segundo de los tramos (Lindín-Careira) la autovía del Cantábrico roza los 700 metros de altitud -exactamente 698, según explicaciones de los técnicos-. A ese nivel llega la A-8 a su paso por el Fiouco, zona que está situada en el límite de Mondoñedo y de A Pastoriza y en la que se han colocado balizas luminosas en previsión de las frecuentes nieblas que los automovilistas pueden encontrarse; estarán conectadas con una estación meteorológica, que informará a la Dirección General de Tráfico (DGT) de la situación en ese tramo.

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, incluso puso algunas cifras para explicar las ventajas del final de estos dos tramos. Ahora, dijo, un viaje Santiago-Bilbao tendrá 100 kilómetros y 20 menos si se realiza por la transcantábrica y no por Castilla y León, y estará libre de peajes. En realidad, el trazado inaugurado ayer reduce el viaje en un mínimo de diez minutos y deja el recorrido entre A Coruña y el centro de Asturias en unas dos horas y media.

Feijoo puso a la A-8 la condición de «infraestrutura estratéxica», considerándola un eje vertebrador con tres funciones diferentes: la conexión interior de Galicia, la unión de Galicia con el resto del norte y la comunicación con Europa.

Con los tramos del occidente asturiano y de Galicia ya acabados, entre Cantabria y el oriente asturiano quedan cuatro en obras, con la previsión de que estén todos concluidos a finales del 2015.

Protestas

Frente a los mensajes de satisfacción, hubo también protestas. Los alcaldes de Mondoñedo, Riotorto, A Pontenova y A Pastoriza expusieron a Pastor y al conselleiro Agustín Hernández su malestar por las deficiencias de la LU-124 (Mondoñedo-Vilameá), que conecta esos municipios y que dispone de un acceso a la A-8 en el barrio mindoniense de Curros. Tras una protesta antes del acto inaugural, al que asistieron, trasladaron a los dos responsables su demanda de arreglo de esa vía.