Adiós al último tapón de la carretera N-634

x. m. palacios / j. alonso VILALBA, RIBADEO / LA VOZ

GALICIA

Los dos tramos de la autovía A-8 en Galicia que se abrirán esta tarde permiten cerrar diez años de obras en una infraestructura clave para la conexión con Asturias

03 feb 2014 . Actualizado a las 10:55 h.

Hoy será un día histórico para las infraestructuras en Galicia. Con la apertura de los dos últimos tramos pendientes (Mondoñedo-Lindín y Lindín-Careira), la A-8 estará concluida en la comunidad; un sueño que se inició en marzo del 2004, cuando, con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, Manuel Fraga y el ministro Francisco Álvarez-Cascos pusieron la primera piedra de la A-8 en Galicia en una finca, la única que se había expropiado, de Ribadeo. El primer tramo, Ribadeo-Reinante, se abriría tres años después, diez kilómetros con los que el sueño de la autovía duraba apenas cinco minutos, los necesarios para recorrerlo. Casi una década después, desde mañana se podrá circular ininterrumpidamente por autovía de A Coruña a la frontera con Cantabria.

La apertura de los dos últimos tramos de la autovía del Cantábrico en Galicia apenas acortará el viaje en dos kilómetros. De Arroxo (Lourenzá), inicio del tramo Mondoñedo-Lindín, a A Xesta (Abadín), final del Lindín-Careira, hay ahora 18 kilómetros, que se recorren por la N-634. Por autovía serán 16; se ganará en tiempo y seguridad, pero sobre todo se superarán las incomodidades del último tapón en la conexión por carretera de Galicia con Asturias y el resto de la cornisa cantábrica.

Esos 18 kilómetros presentan un firme deteriorado en algunos puntos, sobre todo en la subida de Mondoñedo a A Xesta. Ahí se aprecia uno de los contrastes del tramo: en la primera parte, unos seis kilómetros, un tercer carril da fluidez al tráfico; en la segunda, unos cinco kilómetros, su falta causa un cuello de botella.

Lentitud

Las mejoras ejecutadas en el últimos años en ese tramo, como en otros de la vía, no han evitado que la circulación sea poco fluida en ambos sentidos. Desde que se termina el carril de vehículos lentos, en la ascensión a A Xesta no se puede adelantar porque hay línea continua en todo el tramo. Si se circula en sentido contrario, hacia la costa o Asturias, entre A Xesta y el primer acceso a Mondoñedo también se han eliminado los tramos en los que se podía adelantar. Si a ello se suma el abundante tráfico de camiones en uno y otro sentido, la lentitud está más que explicada.

A pesar de que la siniestralidad ha disminuido y han desaparecido de la escena cotidiana los graves accidentes que hubo, por ejemplo, en los noventa, la carretera tiene curvas que sorprenden a quien la recorre por primera vez. Cierto es que la posibilidad de un trazado más recto resulta complicada, ya que la N-634 entre Mondoñedo y A Xesta tiene un gran contraste de altitud: la ciudad episcopal está a apenas 140 metros sobre el nivel del mar, mientras que A Xesta se sitúa a más de 500.

Gran inversión

Frente a esa carretera, desde mañana por la tarde se podrá circular por la autovía que discurre por la ladera del Padornelo y aleja a la ciudad de Mondoñedo. De la complejidad de la obra habla la inversión: 141 millones en los dos tramos, los más caros de la transcantábrica.

Buen ejemplo de ello es el viaducto de Lindín, que asoma en Mondoñedo como un coloso de hierro y hormigón. Mide 1.036 metros de longitud y con sus 96 metros de máxima altura de pila triplica, por ejemplo, al puente de los Santos, también incorporado a la autovía, que une sobre el Eo a Ribadeo y Castropol, a Galicia y Asturias. Es una de las infraestructuras más llamativas de la autovía, con sus 14 vanos y formando una curva en S que cruza una vaguada. Ha sido diseñado para circular a cien kilómetros por hora.

Once mil vehículos diarios

En los dos tramos hay cinco viaductos más, de entre 71,50 y 325,5 metros de longitud, necesarios para superar un trazado sinuoso por el que, en la estimación que se hace en el proyecto, en el horizonte del año 2027 circularán cada día más de 11.000 vehículos. De ellos, se prevé que unos 1.700 sean pesados.

Pero la apertura de los dos últimos tramos de la transcantábrica también genera críticas en Mondoñedo y en varios municipios próximos -Riotorto, A Pastoriza y A Pontenova- por el mal estado de un acceso. Quizás eso explique por qué el acto inaugural se va a celebrar en Abadín, pero los alcaldes de esos concellos han convocado una protesta para antes de la inauguración.