Besteiro pone a prueba su autoridad

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Mañana decidirá el alcance de las medidas disciplinarias contra los díscolos de Ourense

26 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El PSOE gallego muestra cierta inclinación por convertirse en una raposeira cada vez que ve de lejos el poder. Lo reflejan sus anales del cambio de milenio, etapa en la que Touriño tomó las riendas de la que era la tercera fuerza política de Galicia y se empleó a fondo con su lugarteniente en el aparato, Antón Louro, para imponer la autoridad de O Pino en varias agrupaciones que ardían en llamas.

En sus primeros dos años al frente del PSdeG, Touriño y Louro actuaron con contundencia en los conflictos internos de Ferrol, Ourense y Vigo, disolviendo ejecutivas y nombrando gestoras para recuperar el mando. Los damnificados fueron Bonifacio Borreiros, Antonio Troitiño y Carlos Príncipe, e incluso se llegó a remitir un dosier a Ferraz contra el mismísimo Francisco Vázquez, que atemorizó tanto a Manuel Chaves, presidente del partido, que sugirió su archivo inmediato en una ejecutiva a la que no había acudido Zapatero debido al fallecimiento de su madre.

Así vertebró Touriño su proyecto en el PSdeG, a golpe de expediente disciplinario y construyendo un proyecto mínimamente coherente que le permitiera defender lo mismo en Lugo, en Culleredo o en Redondela. Le dio resultado, porque enseguida empató con el BNG como segunda fuerza para conquistar cuatro años después la presidencia de la Xunta.

El nuevo secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, está hecho de otra casta. Es mucho más paciente, y quizás nunca se rompería un dedo dando un golpe en la mesa. En su entorno ven como virtud que nunca se precipite en la toma decisiones y da la impresión de que, más que con golpes de autoridad y medidas cautelares, prefiere acallar las voces discordantes por aburrimiento.

Alfonso Rueda, secretario general del PPdeG, le ha tomado la medida y cada vez que puede carga con indolencia contra lo que considera el punto débil de Besteiro. «Ponse absolutamente de perfil», dijo ya varias veces sobre la crisis abierta entre los socialistas ourensanos, en la que además concurre la circunstancia de que, a diferencia de otras con las que tuvo que bregar Touriño, esta le sobrevino al PSOE en la alcaldía, poniendo en juego la gobernabilidad de la ciudad.

Falta por ver si la paciencia de la que hace gala Besteiro va más allá de la reunión que mañana celebrará la ejecutiva socialista, donde algunas voces del partido consideran que tiene que producirse una decisión firme. «O es ahora o es nunca», sostiene un parlamentario de la provincia de Pontevedra, que apunta que la actuación que se dé al conflicto de Ourense se va a convertir en la vara de medir para resolver futuras crisis internas, como la que se está larvando en Ferrol o las que pueden acabar estallando cuando empiecen los codazos para decidir los candidatos municipales. Lo que es evidente es que algunos que están dispuestos a jugar a la contra de Besteiro no van a ser aplacados nunca por la vía del aburrimiento.