Martiño Noriega: «Non lle teño apego aos cargos»

d. sampedro / p. gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Martiño Nogueira, en una entrevista en «Vía V» de V Televisión.
Martiño Nogueira, en una entrevista en «Vía V» de V Televisión. g. b.< / span>

El partido de Beiras, al borde de la quiebra por las dos visiones sobre cómo debe ser su relación con EU

19 dic 2013 . Actualizado a las 10:34 h.

El por el momento número 2 de Anova, Martiño Noriega, confirmó ayer en el programa Vía V, de V Televisión, el proceso de reflexión en el que se encuentra y que podría desembocar en su renuncia a su cargo orgánico en la organización nacionalista integrada en AGE. Noriega dijo estar inmerso en un período para «pensar cal é o meu rol» en Anova. «Sen dramatismos», recalcó, para después añadir una frase que se interpreta más en clave de renuncia. «Non lle teño apego aos cargos. Pero iso non aminora o meu compromiso», aseguró el alcalde de Teo.

Martiño Noriega admitió que Anova se encuentra en un proceso de definición y que él apuesta por un modelo que esté más conectado con los movimientos sociales, pero que a veces la organización liderada por Xosé Manuel Beiras acaba cayendo en los mecanismos «das organizacións políticas tradicionais». Noriega definió a Beiras como un «amigo» con el que tiene una «relación blindada» y que, como sucede con los buenos amigos, «non me presiona». En cambio, a Mario López Rico, uno de los dirigentes teóricamente más propensos a formar una coalición nacionalista frente a la alianza con EU, lo definió como un «compañeiro». En cualquier caso, Martiño Noriega precisó que aún no cerró su proceso de reflexión y que tiene un compromiso con el concello de Teo «para pechar un ciclo».

«Á altura da ilusión»

«A única preocupación que teño é estar á altura da ilusión que despertamos na rúa». La frase es del diputado de AGE Antón Sánchez, a su vez miembro de la dirección de Anova, que el pasado sábado mantuvo unas intervenciones más vehementes en una reunión interna del partido, donde lamentó que se está copiando las tensiones internas que derivaron en la ruptura del BNG. Cumplido su primer año de vida, la organización que se atribuye buena parte del éxito de que AGE irrumpiera en el Parlamento con 9 diputados están al borde de sufrir una fracturas por las dos visiones contrapuestas esbozadas para este proyecto político.

Con todo, Antón Sánchez dijo ayer que «por suposto» que continuará en Anova, «que está a cometer erros», pero a estas alturas la brecha interna no es ninguna novedad. En su seno cohabitan segmentos escindidos del BNG, junto a la Frente Popular Galega e independientes.

Beiras actuó como la verdadera argamasa, pues su papel de portavoz nacional es incuestionable para la mayoría, si bien bajo su liderazgo hay demasiadas arenas movedizas. De un lado está el sector bregado en la cultura política del tardofranquismo, representado por López Rico y Luís Eyré, entre otros, que en gran medida entienden la coalición formada con Esquerda Unida como una alianza ad hoc para las elecciones autonómicas, que forzosamente no tiene que ser reeditada en todas y cada una de las convocatorias, pues su corazón político late siempre del lado nacionalista.

Y al lado está la nueva cultura política, representada por Martiño Noriega y quienes apuestas por compartir espacios políticos y unidades estratégicas como la de AGE, a las que quieren darle más formalidad y proyección social, por mucho que signifique fortalecer también el discurso de la izquierda federal de EU-IU, incorporada sin problemas a su hermandad.

En su primer año de vida Anova no fue capaz de convivir cómodamente con sus dos almas -la nacionalista y la neocomunista- que solo lograron llevarse bien en el seno de la UPG, el partido hegemónico del BNG. Pero no así en Anova, en cuya coordinadora nacional, formada por setenta personas, se especula con la posibilidad de que los representantes de la nueva cultura política protagonice un plante masivo que la dejaría herida de muerte.