José Blanco: «Estaría bien que la gente viera a Beiras de presidente dos días»

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El ex vicesecretario general del PSOE, en un colegio mayor del Opus, se despacha a gusto con el líder de AGE

14 dic 2013 . Actualizado a las 12:34 h.

La cosa prometía. Un ex vicesecretario general del PSOE, partido que acaba de exigir la «inmediata ruptura» de los acuerdos Gobierno-Vaticano, comiendo y conferenciando en un colegio mayor del Opus: La Estila (Santiago). Y no defraudó. No defraudó el personaje, Pepe Blanco; el posible choque de ideas, sí, porque no hubo tal. Se ocupó de ello el de Palas, un joven zorro viejo bregado en casi todo. «Ya he estado antes en otras casas de la Obra. [...] Yo soy creyente», se apresuró a exponer nada más sentarse a la mesa. Tan bien debió de verse que, finalizado el almuerzo, se metió hasta los fogones y, dirigiéndose al personal, espetó: «Las espinacas estaban muy buenas, pero tenéis que hacer nabizas con bechamel, experimentad. Yo las hice un día y ya no paro, hasta me las llevo a Madrid. Porque me encanta cocinar». Luego, ya en el coloquio, ante la chavalada, se despachó a gusto con varios; entre ellos, Beiras, «un encantador de serpientes».

«No veo alternativa al Gobierno del PP -arguyó- que no sea uno del PSOE. IU, UPyD, no sé cuántos... Estos están muy bien para conectar con el populismo fácil. Pero, a la hora de la verdad, nada. Y esto pasa mucho en Galicia, con AGE. No me imagino a Beiras gobernando la Xunta. ¡Es que no me lo imagino! Pero estaría bien que algunos gallegos lo vieran de presidente un par de días, para que supieran lo que es». El veterano líder nacionalista, parece, desconcierta al extitular de Fomento. «A veces dice unas cosas que pienso: ¿pero realmente se está dando cuenta de lo que dice? [...] La gente le aplaude como si descubriese la pólvora y yo pienso: ¿pero qué me estás contando? Quiero decir que, como se dice aquí en Galicia, o falar non ten cancelas. Hay mucha demagogia», sentenció entre risas y miradas cómplices del auditorio.

Con elegancia, pero también le arreó de lo lindo a Pedro Solbes, cuya «memoria selectiva» lo conduce ahora a criticar a Zapatero como si la culpa de la crisis fuese toda de este último y para nada suya. Hasta llegó a equipararlo a Rodrigo Rato (PP) y, refiriéndose a ambos, disparó: «¡Hombre! Estos dos, que han gobernado 14 años la economía de España, algo habrán tenido que ver en todo esto, ¿no?».

Tampoco anduvo muy cariñoso con Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a quien ZP puso al frente del Banco de España. «No hizo nada. Su única obsesión era la reforma laboral, precisamente algo de lo que no era competente», lamentó de él.

A Rajoy, entretanto, lo pintó incapaz y «cínico». Y al presidente de la Generalitat, poco menos que loco. «Mas -aseveró- ya ha desbordado a Ibarretxe. Su órdago [de la consulta soberanista] es inasumible. Se ha convencido de que es el salvador y está dispuesto a inmolarse en su huida a ninguna parte».

Sorprendió también el socialista con su postura sobre la subasta de NCG Banco, opuesta a la de su PSdeG. Ha de venderse, sostuvo, «cuanto antes», para «terminar la incertidumbre» y así «favorecer un poquito el flujo del crédito». Blanco, y en botella. O sea, la leche.