El príncipe Felipe será el primer embajador de honor del Camino

M. Cheda SANTIAGO DE COMPOSTELA

GALICIA

La Ruta cumple 20 años como patrimonio de la humanidad en pleno bum de la peregrinación a Santiago

11 dic 2013 . Actualizado a las 01:10 h.

En pleno bum de las peregrinaciones a Compostela, el Camino de Santiago cumple hoy veinte años siendo patrimonio de la humanidad, una efeméride que la Xunta no ha dejado pasar por alto. De hecho, su presidente, Alberto Núñez Feijoo, y alcaldes de localidades gallegas por las que discurre la Ruta se han reunido este mediodía en la capital de la comunidad para celebrarlo. Foto en exteriores (Monte do Gozo) y discursos bajo techo (Pazo de Raxoi), formato clásico para estas cosas.

Exceptuando el Xacobeo 2010, por primera vez en la historia estadísticamente documentada, un año, este presente, terminará con más de 200.000 romeros llegados al sepulcro del Apóstol. Ese dato lo ha explotado el jefe del Ejecutivo autónomo en su intervención, para destacar la «extraordinaria vitalidade» de la Ruta, «a carta de presentación de Galicia no mundo».

El mandatario popular, asimismo, ha anunciado que el príncipe Felipe acaba de aceptar convertirse en el primer embajador de honor del Camino de Santiago, una figura institucional recién creada por la Xunta. Además, ha aprovechado el acto para expresar sus condolencias por el fallecimiento del regidor de Viveiro, Melchor Roel (PSOE), «que acaba de rematar o seu camiño na terra».

Por su parte, el alcalde de Santiago, Ángel Currás (PP), ha dado lectura a un manifiesto institucional en el que ha resaltado el «valor universal» de la Ruta «nun mundo intercultural». «Hoxe é un día moi especial para Galicia. [...] Nestas dúas décadas, o Camiño non deixou de crecer», ha subrayado la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro.

«El Camino de Santiago -ha valorado el arzobispo de Compostela, Julián Barrio- ha conocido en los últimos 30 años una extraordinaria relevancia [...] que desborda todas las previsiones y expectativas». Un desarrollo que el jefe de la Iglesia en la comunidad ha atribuido no tanto a la distinción concedida por la Unesco en 1993 como a las peregrinaciones simbólicas realizadas por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.