Rosario Porto acusó a su exmarido de drogar a Asunta con «polvos blancos»

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Rosario Porto y Alfonso Basterra, con Asunta en Santiago, poco tiempo después de haber adoptado a la pequeña.
Rosario Porto y Alfonso Basterra, con Asunta en Santiago, poco tiempo después de haber adoptado a la pequeña. paco rodríguez< / span>

Declaró al juez que, al menos una vez, Alfonso Basterra le suministró pastillas a la niña. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN DEL CASO ASUNTA

21 nov 2013 . Actualizado a las 17:53 h.

Los datos que se van conociendo del sumario del crimen en Santiago de Asunta Basterra Porto, de 12 años de edad, revelan que los investigadores tienen muy claro que fueron sus padres los que presuntamente idearon y ejecutaron el plan para asesinar a la niña y que lo hicieron «en connivencia». Un acuerdo que también quedó patente en sus declaraciones ante el juez que instruye el caso, José Antonio Vázquez Taín, ya que ofrecieron versiones de los hechos casi idénticas. No obstante, el levantamiento del secreto que pesaba sobre las actuaciones ha revelado un dato sorprendente y hasta ahora absolutamente desconocido, como es que Rosario Porto, cuando fue interrogada por el magistrado, aseguró que fue su exmarido el que drogó a la pequeña en los episodios de sedación anteriores al crimen, de los que se ha tenido constancia a través de testimonios de sus profesores y corroborados por los análisis toxicológicos del pelo del cadáver.

Cuando Vázquez Taín le preguntó por las al menos tres ocasiones en las que profesoras de música de la pequeña aseguraron que acudió a sus clases en un evidente estado de somnolencia, Rosario Porto responsabilizó a su exmarido de ser quien había drogado a Asunta. No solo dijo al magistrado que Alfonso Basterra tenía en su casa Orfidal -el medicamento con el que la niña fue sedada-, sino que el juez acusa al padre de la niña, en base a las declaraciones de la madre, «de haber intoxicado supuestamente a la menor al menos en una ocasión con polvos blancos que no ha explicado de qué se trataba», señala en el auto dictado para levantar el secreto de sumario.

Es en este punto casi en el único en el que los padres de Asunta no se apoyaron mutuamente en sus interrogatorios en el juzgado. Alfonso Basterra negó la mayor e incluso desmintió a su exmujer cuando le informaron que había dicho que guardaba Orfidal en su domicilio.

En el sumario del caso se hace referencia a esos tres episodios en los que Asunta fue a clases de música en un estado de somnolencia. Se señala a Alfonso Basterra como el que sedó a la niña aprovechando «varias ocasiones que la menor pernoctó en su domicilio» y se especifica que la drogó con «altas dosis de Orfidal».

La declaración de Rosario Porto ante el juez Vázquez Taín ha sido por tanto, según se conoce ahora al hacerse público para las partes el sumario, determinante a la hora de imputarle a Alfonso Basterra, al igual que a su exmujer, el asesinato de la pequeña. El magistrado señala que el padre de Asunta «conoce perfectamente que, en base a los resultados de la autopsia y análisis de toxicología, se le imputa que, al igual que había efectuado en episodios anteriores, el día 21 de septiembre fue él el que suministró a la menor una dosis tóxica de Orfidal para privarla de toda voluntad y defensa y presuntamente facilitar la acción de asfixia, en un plan concordado con Rosario Porto».

A los pocos días de conocerse la detención de ambos por la muerte de Asunta, sus profesoras de música informaron voluntariamente al magistrado de aquellos incidentes en los que la niña acudió «como dormida» y también informaron de que el padre de la pequeña les había explicado que se debía a que Asunta era alérgica y que estaba tomando una medicación muy fuerte.

Esa supuesta alergia de la pequeña fue desmentida, sin embargo, por la pediatra que la atendía, que también fue citada en los juzgados de Santiago en calidad de testigo. Los investigadores creen que esas sedaciones «durante un período al menos tres meses» antes de la muerte guardan relación con el asesinato y que eran ensayos del plan para matar a su hija.

El testimonio inculpatorio de Rosario Porto contra su exmarido en lo que respecta a los episodios de sedación de la niña choca con la actitud de Basterra, que corroboró todas las versiones de los hechos ofrecidas por ella, tanto la inicial como la que hizo al conocer de la existencia de grabaciones de cámaras de vídeo que demostraban que fue con la pequeña en coche en dirección a Teo, al contrario de lo que dijo inicialmente.