La crisis dispara las vasectomías en la sanidad pública un 33 % en 3 años

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La cifra pasó de 620 en el 2009 a 825 en el 2012. En paralelo, bajan estas intervenciones en las clínicas privadas

30 oct 2013 . Actualizado a las 15:26 h.

La sanidad pública realizó en el 2009 un total de 620 vasectomías en Galicia, una intervención que en principio debe considerarse como un método irreversible -aunque existe posibilidad de reversión- para aquellos hombres que han decidido que no quieren tener más hijos. Tres años después, el Sergas realizó 825 intervenciones, un 33 % más. Esta cirugía ambulatoria se dispara en la pública no porque haya más parejas que de repente no quieren tener más hijos, sino porque la privada ha experimentado una caída considerable debido a la crisis. «Ha disminuido todo -explica el urólogo Luis Ríos Tallón-, tanto las consultas que se hacen en la privada como las operaciones, pero en proporción mucho más las intervenciones».

El aumento más significativo de las vasectomías fue el del último año, cuando pasaron de 702 a 825, es decir, un 17 % en un solo ejercicio. Se trata de una intervención que se practica mucho en la sanidad privada, ya que cuando una pareja toma la decisión de no tener más hijos y no utilizar otros métodos anticonceptivos «no quieren esperar un año, sino que quieren hacerlo ya», dice Tallón, pero la actual situación de crisis hace que ahora tengan que esperar a que se resuelva la lista de espera en los hospitales públicos.

La demora de esta intervención es larga. Lo es porque es una prestación asistencial «electiva», explica Camilo García Freire, responsable del servicio de urología en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago. «Tienen prioridad las operaciones que suponen una merma de la calidad de vida», lo que hace que la espera sea de meses. De ahí que antes de la crisis el número de procesos en clínicas privadas fuese alto, «porque el paciente, sobre todo si trabaja y es joven, quiere hacerlo ya y no estar pendiente de una intervención», dice Freire.

Elección del paciente

La vasectomía es un método que consiste en ligar los conductos deferentes, el conducto que va del testículo a la uretra y por el que circulan los espermatozoides. Se realiza con anestesia local, la operación dura entre media hora y 45 minutos y es necesario seguir utilizando métodos anticonceptivos durante unos dos meses.

Salvo situaciones muy excepcionales, es una intervención que se realiza a petición del paciente «fundamentalmente de aquel que ya tiene descendencia y no quiere seguir utilizando otro método anticonceptivo», explica García Freire. Es una decisión para la que se exige madurez, y de hecho en casos de separación, aunque el varón tenga claro que quiere hacerse la vasectomía «hay que pensárselo bien. A algún paciente le recomendé que lo meditase, y a los dos años vino a agradecerlo con su nueva pareja y un bebé», explica Camilo García. No obstante, recuerda que los usuarios no aducen como un motivo la situación económica, sino el no querer tener más hijos.

La reversión de la vasectomía es una intervención más complicada y las garantías de resultados no son totales. En el complejo hospitalario de Santiago se hacen unas cinco o seis al año, y en general los motivos son una nueva pareja que sí quiere tener hijos. No obstante, García Freire recuerda que hay que entender la vasectomía como un método irreversible para no tener descendencia.

Una situación común

La situación en la comunidad gallega no es ni mucho menos exclusiva. El aumento del número de vasectomías se dispara en otros sistemas sanitarios, como el vasco, y años antes lo hizo en aquellos países en los que estalló la crisis. A finales del 2009, el Instituto de Medicina Reproductiva Cornell de Nueva York registraba un aumento de casi el 50 % en estas intervenciones respecto al año anterior.

De momento las vasectomías se financian en la sanidad pública, pero desde algunos sectores ya se ha levantado la voz de alarma por si el ministerio decide excluirla de la cartera de servicios, ya que si prevé retirar la financiación de la reproducción asistida en casos de parejas lesbianas y solteras, aduciendo que es una técnica que solo se financiará cuando exista un problema físico, temen que se alegue que no hay causa médica para la vasectomía.