El ADIF cree necesario aclarar qué pasó en la cabina del Alvia

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Rescate de una de las víctimas tras el descarrilamiento del Alvia el pasado 24 de julio.
Rescate de una de las víctimas tras el descarrilamiento del Alvia el pasado 24 de julio. xoán a. soler< / span>

Considera crucial investigar el dispositivo de hombre muerto

26 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) quiere que en la instrucción del caso Alvia se practiquen una serie de diligencias para saber qué pasó exactamente en la cabina del tren accidentado, pues considera que muchos de los interrogantes sobre la actitud del maquinista justo antes del descarrilamiento aún no han sido aclarados por la investigación. El ADIF está elaborando su propio informe sobre el accidente, pero no ha tenido acceso al maquinista para interrogarlo, por lo que sus pesquisas sobre las causas del siniestro adolecerán de un importante vacío. Por eso considera que es necesario que la instrucción judicial arroje luz sobre estos asuntos.

Por un lado, cree que todavía no ha sido despejada la duda sobre el eventual uso de la tableta del maquinista durante el viaje y, además, considera que es necesario profundizar en la formación que recibió el conductor, Francisco José Garzón Amo, para llevar los nuevos trenes híbridos por el trazado de alta velocidad entre Ourense y Santiago.

Saber lo que ocurrió realmente en la cabina del tren accidentado es crucial de cara a implantar nuevas medidas de seguridad relacionadas con el personal de conducción o con los dispositivos que se manejan en el puesto de mando del tren. Entre ellos destacan por encima de todo el mecanismo de hombre muerto. Por un lado pretenden que se aclare por qué el freno de este dispositivo, concebido para parar el tren si el maquinista se ha dormido o está inconsciente, se activó hasta dos veces. La primera, diez minutos después de salir de Ourense, reduciendo la velocidad de 110 a 48 por hora. Solo dos kilómetros después el sistema da otra urgencia por hombre muerto y la velocidad pasa de 109 a 89 kilómetros por hora. En el ADIF no solo quieren saber qué pasó para que se activara, sino que se investigue en qué situación estaba el dispositivo de hombre muerto en el momento del accidente.

Los técnicos del ADIF han recibido el encargo de estudiar si este sistema sirve realmente para mantener la atención de los maquinistas o si, por el contrario, el reconocimiento que se realiza mediante botones y pedales se ha convertido en un automatismo rutinario.

En este informe también se pretende aclarar por qué no detiene totalmente el tren cuando se produce una desatención y si, una vez parado, el maquinista debería reanudar la marcha solicitando permiso al puesto de mando.