Las porras de los guardias de Lugo pierden consistencia y rigidez

Enrique Gómez Souto
Enrique G. Souto LUGO / LA VOZ

GALICIA

Las nuevas porras se doblan cuando se ejerce presión sobre ellas.
Las nuevas porras se doblan cuando se ejerce presión sobre ellas.

23 oct 2013 . Actualizado a las 11:25 h.

De los guardias municipales de Lugo se hacen comentarios jocosos, desde hace años, respecto a lo poco que gastan el pito de reglamento, o sea, el silbato profesional, porque apenas se escucha en la ciudad amurallada ni cuando hay atasco. Hace pocas semanas, a los nuevos uniformes de los agentes empezaron a caérseles letras y quiso la mala suerte que en la chaqueta de uno de ellos en vez de Policía Local pusiese «Policía Loca» a causa del desprendimiento de la última letra. Ahora, se acaba de descubrir que las nuevas porras de reglamento de los agentes propenden a la flacidez y se doblan en cuanto se las somete a los usos para los que deberían servir. En el cuerpo policial exigen a la autoridad, o sea al alcalde Orozco, que ordene comprar equipos de calidad.

Lo de los nuevos uniformes y complementos de la Policía Local de Lugo es una larga y accidentada historia. Hubo una primera compra fracasada, y el asunto navega por los juzgados. Al segundo intento, los agentes recibieron el esperado equipo. Pero no están satisfechos. Lo de la caída de las letras es, en opinión de algunos agentes, solo una muestra de la calidad del equipo. Pero lo de las nuevas porras... Eso ha vencido su capacidad para el sentido del humor.

Los agentes municipales tenían en su equipo, hasta ahora, una porra de las de siempre, el tolete que le dicen algunos; la defensa, según los profesionales. Pero ahora, con el nuevo equipo les han suministrado porras plegables, técnicamente llamados bastones extensibles. Y, con buena lógica, en la jefatura del cuerpo decidieron organizar un curso de formación. Las clases, en horario de mañana, empezaron el lunes, siguieron ayer y finalizan hoy. Cada agente recibe unas cinco horas de clase, mientras que, como dicen fuentes sindicales, en la Academia Galega de Seguridade este curso dura 12 horas. O sea que lo de Lugo no pasa de la introducción a la materia.

Lo mejor llega cuando el instructor muestra cómo se usa el bastón extensible. Defensa frente a agresiones, reducción de incontrolados..., lo propio del trabajo policial. Y cuando los agentes desenfundaron las porras, resulta que se doblan y que, con esos instrumentos de kit policial de bazar chino, ni defensa, ni reducción, ni farrapos de gaita. Los agentes están que trinan. Encima, parece que el jefe del cuerpo les dijo que eso es cosa del alcalde. Quizá aún no ha olvidado que, según se dice en algunos medios (no está probado), uno de sus zapatos nuevos, también parte del equipo, estuvo ya muy cerca de perder la suela. Y encima, lo de las porras.