Entre el mediodía del lunes y la madrugada del martes el primer temporal importante del otoño atravesó Galicia. Como dirían nuestros padres o abuelos, fue un temporal como los de antes, de lluvia y viento durante varias horas. Algo muy habitual en Galicia, y como siempre, las miradas se dirigieron hacia los servicios meteorológicos, discutiendo si sus avisos fueron adecuados o no. En general, estas alertas, como pronosticábamos en www.4gotas.com, se quedaron un poco cortas, especialmente las de lluvia. Esta alerta apenas tuvo repercusión mediática. Nos venimos acostumbrando a escuchar el titular «Alerta naranja por mal tiempo» y no le prestamos la atención debida. En ocasiones, una alerta naranja por mar de fondo (olas de más de 4 metros) acapara un titular «Galicia en alerta por mal tiempo» y solo un porcentaje muy bajo de la población se ve afectada por ella, perdiéndole, en parte, el miedo a esas alertas. El principal problema es que estas alertas no están adaptadas a Galicia. Una alerta naranja significa «riesgo importante» y mientras que 80 l/m2 en 12 horas suponen un riesgo para la población, 4 metros de mar de fondo, algo muy habitual en Galicia, no impiden que muchos barcos salgan a faenar.