Controlado el incendio del Pindo, que cercó a los vecinos de O Ézaro

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. Lado CEE / LA VOZ

GALICIA

<span lang= es-es >Paisaje desolador</span>. Dos vecinas observan el desastre causado por el fuego en O Ézaro.
Paisaje desolador. Dos vecinas observan el desastre causado por el fuego en O Ézaro. lavandeira JR < / span>Efe< / span>

Unas cincuenta viviendas fueron desalojadas de madrugada

15 sep 2013 . Actualizado a las 13:21 h.

Los temores que tenían los equipos de extinción sobre el fuego del monte Pindo, que quedó controlado ayer por la tarde después de quemar unas 2.200 hectáreas, se confirmaron. Al filo de las dos de la madrugada las llamas saltaron el río Xallas, prácticamente a la altura de la cascada, y se adentraron en el concello de Dumbría.

La mayor parte de los vecinos de O Ézaro dormían confiados de que el fuego no llegaría hasta sus casas, pero esa tranquilidad se truncó de repente poco después de las 4 de la madrugada. Una contra (técnica para que el fuego se extinga sobre sí mismo) practicada junto a la emblemática rampa de cemento de la subida al mirador saltó al otro lado de la carretera y el frente empezó a bajar por el costado del río hacia la carretera comarcal AC-550, poniendo en serio peligro la población.

Unas 50 viviendas fueron desalojadas y los vecinos recibieron la orden de dirigirse a la playa, mientras los brigadistas, ayudados por militares, bomberos, voluntarios de Protección Civil y los propios residentes, luchaban contra las llamas para proteger las casas y las instalaciones de la central hidroeléctrica ubicada en el monte afectado.

A primera hora de la mañana recibieron el apoyo de medios aéreos y finalmente evitaron que el fuego afectase a las viviendas.

Después de casi tres días en los que no paró de arder ni un solo minuto, el panorama del monte Pindo en los concellos de Carnota, Mazaricos y Dumbría es verdaderamente desolador. A las 18.54 horas, cuando la Xunta dio el incendio oficialmente por controlado -a las 15.13 ya se había desactivado el nivel uno- los vecinos todavía trataban de volver a la normalidad, después de vivir escenas de «auténtico pánico», como explica el dumbriés Mario Rodríguez, y sin una explicación razonable de por qué se originó el fuego y cómo pasaron tantas horas antes de que quedase estabilizado.