La Xunta da por exterminada la plaga de pulgas de su sede administrativa de Lugo

Dolores Cela Castro
Dolores Cela LUGO / LA VOZ

GALICIA

El foco de parásitos estaba localizado en el segundo sótano del edificio

12 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La empresa encargada de la desinsectación de los edificios de la Xunta dio ayer por exterminada la plaga de pulgas de la sede central de Lugo, detectada a principios de semana. Fuentes de la Administración autonómica aseguraron que la situación ya está normalizada. Pese a ello, y como prevención, dejaron dos dispositivos de control instalados.

El foco de pulgas estaba localizado en el segundo sótano del edificio administrativo de Lugo. En esta zona instalaron unos aparatos que permiten exterminar los insectos, al mismo tiempo que aportan datos sobre la magnitud de la plaga para poder elegir el método más adecuado para acabar con ella. En este caso, según fuentes de la Xunta, fue suficiente con una primera actuación para mantener bajo control a los insectos. Inicialmente, antes de conocer la extensión del problema, valoraban la posibilidad de fumigar las oficinas administrativas para combatirlo.

Origen desconocido

La empresa a la que le encomendaron la desinsectación no pudo facilitar a los responsables de la Xunta en Lugo datos relacionados con el origen del foco. Su objetivo era, según fuentes de la Xunta, eliminar los insectos, más que averiguar su procedencia.

Las dos hipótesis que se barajan son que las pulgas las pudo haber llevado un trabajador del edificio o bien una persona que acudió a hacer gestiones a las dependencias de Industria.

La colonia estaba localizada en la jefatura territorial de Industria, según pudo constatar la empresa encargada de combatir las plagas. En esa zona fue donde saltó la alarma el lunes pasado, cuando un funcionario acudió a los servicios médicos del edificio para mostrar unas picaduras que le habían aparecido en las piernas.

La Xunta, tras comprobar no solo que las picaduras eran de pulga, sino también después de localizar algunos ejemplares, activó el protocolo previsto para estos casos. Contempla, entre otras medidas, avisar al personal del edificio de la presencia de estos parásitos, que se alimentan de sangre, por si entre la plantilla hay alguna persona alérgica a sus picaduras.

El funcionario que dio la voz de alarma de la presencia de pulgas no fue el único afectado. Otro compañero de la misma planta presentaba idénticas señales de picaduras.