El móvil de Garzón sigue desaparecido

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Agentes acompañados de perros adiestrados registran el convoy

07 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Apenas unos furgones delatan la presencia de los especialistas de la Policía Judicial y Científica en la explanada de un taller de grúas en A Escravitude (Padrón). En este caso no hay curiosos, no hay vecinos, no hay turistas ojeando. Tan solo un pequeño grupo de cámaras de televisión y fotógrafos que consiguen posicionarse temporalmente en el balcón de un vecino de la zona.

Porque la exhaustiva revisión de los vagones del Alvia accidentado el 24 de julio se hace con absoluta tranquilidad y rigor. Muros altos protegen los vagones, custodiados además tanto por la policía, como por seguridad privada. Equipados con fundas de trabajo blancas, guantes, cascos y mascarillas, la Policía Judicial levanta cada vagón. Buscan indicios y pistas que ayuden a esclarecer cómo se produjo el trágico siniestro, así como pertenencias de los heridos y fallecidos. Los guardan en bolsas negras de basura que van etiquetando en folios blancos que pegan con cinta adhesiva transparente. Los agentes se acompañaron durante toda la mañana de perros adiestrados, uno de ellos similar al pastor alemán, y el otro a los perros de caza. Llevaban también una cámara profesional de vídeo, presumiblemente para grabar los hallazgos y las pruebas más significativas.

Uno de los objetivos de la policía era encontrar el móvil de empresa del maquinista. Tras el accidente, Francisco José Garzón utilizó su móvil personal para comunicarse, como se ve en algunas fotografías, pero el teléfono de empresa no apareció durante el registro, que continuará hoy.

A quince kilómetros

Los vagones y la máquina locomotora del tren permanecen custodiados a unos quince kilómetros de Santiago, en la explanada de un taller en A Escravitude, próxima a la localidad de Padrón.