«Levaba ao seu fillo ao catecismo, e incluso foi co neno a Lourdes»

Emiliano MOuzo A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

10 jul 2013 . Actualizado a las 10:32 h.

José Manuel Moledo Domínguez fue encarcelado como imputado como supuesto pederasta en la operación Arkángel. Este hombre, de poco más de cuarenta años, está casado y tiene un hijo de nueve años.

Vive con su familia en la parroquia de Oseiro, en Arteixo. Moledo forma parte de la plantilla de Zara Logística, «pero tamén é funcionario. Estivo en Zara, pediu excedencia, foise á Administración e hai un ano voltou a Zara», recordó un vecino.

Pero a pesar de llevar nueve años viviendo en Arteixo, José Manuel Moledo no se relaciona prácticamente con sus vecinos más próximos ni con los residentes en la urbanización: «Simplemente nos saudábamos, bos días, boas noites e pouco máis», señaló una de sus vecinas. Tampoco se notaba mucho su presencia en el inmueble, ni el de su familia: «Non sabíamos cando estaba de turno ou cando non.

«Non falaba con ninguén»

Cuando se acercaba al bar, ubicado en la misma acera que su casa, «facíao sempre acompañado do seu pequeno. Non bebía alcohol, pedía un refresco e non falaba con ninguén», indicó un residente.

Varios días sin verlo

De hecho, José Manuel Moledo pasaba tan inadvertido entre sus vecinos que nadie lo echó de menos a pesar de que ya lleva desde el jueves en la prisión de Teixeiro. «Xa hai varios días que non o vin, nin o fin de semana», indicó su vecino.

Y cuando supieron que Moledo Domínguez estaba en la cárcel y el motivo por el que estaba encerrado, casi todos sus vecinos se quedaron mudos. «¿Que me está contando? ¡Eso es imposible, tiene que haber alguna equivocación!», era lo único que salió ayer de sus bocas.

No daban crédito a que Moledo estuviese imputado por un supuesto delito de corrupción de menores: «Pero si ese home levaba ao seu fillo ao catecismo». Su mujer, «que é máis faladora ca el, pero tampouco ten unha relación fluída con nos», le contó un día a un vecino que su marido «levara ao pequeno a unha peregrinación ao santuario de Lourdes, en Francia». La mujer del vecino ahora encarcelado «incluso me ensinou fotos nas que aparecía o rapaz co seu pai no santuario», subrayó esta fuente. Sus vecinos y los residentes en la urbanización tampoco le vieron ningún signo que pudiese sembrar dudas hacia su comportamiento cuando se encontraba con otros niños del barrio.

Incredulidad

Son esas las razones por las que ayer en la urbanización en la que reside quedó cubierta por una nube de incredulidad y tristeza por el caso.