Arden cinco coches al incendiarse un cuadriciclo en una romería de Carballo

CARBALLO / la voz

GALICIA

El fuego se propagó rápidamente a otros vehículos estacionados y fue imposible salvarlos

17 jun 2013 . Actualizado a las 11:18 h.

Cinco coches quedaron totalmente destruidos ayer al incendiarse un cuadriciclo en los accesos a la fiesta de San Adrián da Piña, en Sofán (Carballo), una celebración tradicional muy concurrida. El fuego se propagó rápidamente a otros vehículos estacionados y fue imposible salvarlos. El suceso y la posterior retirada de los amasijos a los que quedaron reducidos los autos causó gran expectación entre el público, que dividía su atención entre la misa solemne y la retirada de los coches calcinados. Los romeros asistían a la misa de las once y en medio del susurro de los rezos llegó el rumor de que ardían coches en el exterior. Aunque en un primer momento no daban crédito, los gritos que llegaban de fuera de la iglesia alejaron todas las dudas. José Rendal, que vio cómo el Suzuki que conducía era pasto de las llamas, lo confirmaba resignado: «Cando saín xa vin que estaba ardendo totalmente. Ten que ir para o desguace. Non hai nada que apañar del».

El fuego comenzó en un cuadriciclo, del que apenas quedaron unos hierros. La pareja que lo ocupaba sintió que algo extraño sucedía en el motor y apenas tuvo tiempo de salir del habitáculo para ponerse a salvo. De pronto, su auto empezó a arder y las llamas saltaron a los coches aparcados a un lado y al otro de la vía rural. Cuatro de ellos quedaron totalmente calcinados, un Opel Astra, un Suzuki, un Alfa Romeo y un Nissan Primera. Suerte que otros automovilistas llegaron a tiempo para retirar sus vehículos; en caso contrario el siniestro podría haber alcanzado dimensiones todavía mayores, ya que el fuego se los traga con una gran rapidez.

El propietario de otro automóvil tuvo que romper una ventanilla para acceder a su interior y retirarlo del fuego. Otro afectado cuenta que tiene una luz trasera y parte de la defensa dañadas. De todas formas, el nerviosismo delataba el susto sufrido. Menos solución tienen los demás. «Supoño que o seguro de quen causou o incendio pagará os danos que fixo», comentaba José Rendal, quien se lamentaba de que «vén un á misa tranquilamente e de repente queda sen coche».

Las labores de los bomberos y Protección Civil para devolver la normalidad al entorno eran seguidas por muchos curiosos que no salían de su asombro.