Con un largo historial a sus espaldas, los Piturros se hicieron famosos en los años noventa, cuando delataron a Pablo Vioque, el abogado de contrabandistas y secretario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía que utilizaba la sede cameral para organizar descargas de cocaína en complicidad con los grandes capos de la comarca.
Con los Piturros había planificado la descarga del Dobell, pero el barco naufragó y los fardos de droga se perdieron a lo largo de la costa de Cedeira. Vioque había prometido a los Piturros 200 millones de pesetas, pero nunca los pagó, y Juan Carlos Vázquez, junto con su yerno, José Carlos Sotelo, decidieron arrepentirse y se lo contaron todo a Baltasar Garzón. Fue la caída de Vioque.
El purgatorio no fue eterno. En el 2006, el Piturro reapareció con un alijo. Tenía 62 años.