Narcos históricos figuran entre los 21 detenidos por el alijo en alta mar

s. luaña / e. v. pita VILAGARCÍA, VIGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

La jueza ya envió a prisión a siete de los arrestados en la operación Albatros

01 jun 2013 . Actualizado a las 16:02 h.

Entre los detenidos por la operación Albatros, la que permitió desarticular una red de narcos gallega relacionada con el alijo de 3.400 kilos de cocaína que navega rumbo a Vigo, hay varios históricos que resurgieron de sus cenizas con la frustrada intención de desembarcar un cargamento de envergadura, como en los viejos tiempos.

Además del vilagarciano Marcos Vigo, está el cambadés José Luis Viñas Morgade, Manzanita -detenido en la operación Nécora-, y viejos conocidos de las fuerzas del orden como Ramiro Vázquez Roma -que se libró hace meses de un juicio por dilación de la Justicia- o Francisco Javier Suárez Suárez. Por último, el vecino de Sanxenxo Antonio Carballa Magdalena, que acaba de ser condenado por blanqueo de dinero en la Audiencia de Pontevedra.

La redada, en la que participaron un centenar de agentes, se saldó con 16 detenidos en Vilagarcía, Cambados, Ribadumia, Sanxenxo, Oia, Vigo y Ourense. Dirigida por el Juzgado 6 de Vigo, fue desarrollada por las unidades gallegas de Udyco y Greco de la Policía Nacional, que contaron con la colaboración del Petrel de Vigilancia Aduanera, del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y del Ejército para el abordaje del barco, un pesquero senegalés de nombre Rippide en el que navegaban cuatro tripulantes indonesios y su capitán coreano. El buque fue interceptado entre las Azores y Venezuela, y en una semana llegará a Vigo. Con sus tripulantes, la lista de arrestados sube a 21.

El grupo gallego había concertado el desembarco con un clan venezolano. Aunque las detenciones ya estaban previstas, se precipitaron en la tarde del jueves ante el temor de que el representante de la organización sudamericana, que estaba en Galicia, huyese a Caracas. De hecho, fue arrestado en el aeropuerto de Santiago a punto de coger un vuelo.

No se descartan más detenciones, pero las piezas principales de la red están ya en los calabozos. El amplio despliegue policial realizado el jueves permitió, además de practicar las detenciones, obtener diverso material de relevancia en los diez registros domiciliarios que se realizaron. En ellos se intervinieron dos armas de fuego, otra de balines y una simulada, ordenadores, móviles, 5.000 euros y varios vehículos.

Los detenidos empezaron a desfilar ayer por los juzgados de Vigo. La jueza sustituta del número 6 se encargó del caso después de que su colega del 3 se enterase de la operación cuando trabajaba en otra investigación. Se da la circunstancia de que la titular del 3, Marisol López, es ya una veterana en la persecución de los clanes de la droga. Sobre las nueve de la noche se decretó el ingreso en prisión de seis de los siete arrestados que prestaron declaración, entre los que se encontraba el cabecilla venezolano José Gregorio, que a punto estuvo de huir en avión. También se interrogó al varón detenido en una urbanización de Oia y a Marcos Vigo, que a media tarde llegó a Vigo desde los calabozos de Santiago, donde había pasado la noche. Casi todos fueron asistidos por un abogado de oficio y se acogieron a su derecho a no declarar.

El fiscal antidroga, Luis Uriarte, dijo que en esa primera ronda habían pasado por los juzgados los principales responsables de la operación. De hecho, de los siete que declararon, solo uno quedó libre. A los demás -incluido Marcos Vigo- se les decretó prisión comunicada y sin fianza. Mañana comparecerán los nueve restantes.

Los colectivos antidroga felicitaron a las fuerzas de seguridad por la operación, pero Carmen Avendaño, de Érguete, llamó la atención sobre el hecho de que la puesta en libertad de narcos históricos como Charlín o Viñas Morgade coincidiese con el resurgir de los grandes alijos por mar. «Desgraciadamente, no va a ser un hecho aislado», dijo. Lo mismo opina la Fundación Galega contra o Narcotráfico. Su gerente, Fernando Alonso, recordó que los clanes gallegos «nunca habían abandonado su actividad delictiva».

La imagen humana de la jornada la puso una madre que se presentó en los juzgados de Vigo diciendo que había visto morir a su hijo de 28 años por culpa de las drogas, y pidió penas más contundentes para los reincidentes. La mayoría de los que desfilaron por las dependencias judiciales lo son. Son multirreincidentes.