Galicia quiere seguir pescando

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El sector sostiene que la política de descartes no garantiza su futuro

26 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Debería estar ya escaldada, pero Galicia aún quiere pescar. Sus agentes dicen que, a pesar de la crisis, el sector está manteniendo actividad empresarial y puestos de trabajo. Subsisten problemas como las bajas cotizaciones del pescado, sí, pero quizá a fuerza de tanto soportar temporal, lo cierto es que los armadores están capeando la que está cayendo. Y podrían salir airosos. Solo piden que Europa les deje pescar. Que adapten las cuotas a la realidad y les permitan trabajar. Lanzaron esa súplica en la presentación de la feria Expomar, de Burela, un acto que se celebró justo el mismo día en el que los Veintisiete dieron una vuelta de tuerca a la política de descartes que se avecina y revisaron a la baja las pocas herramientas de flexibilidad que España y sus aliados consiguieron arrancar. Así que va a ser que no, que Europa no les va a dejar pescar. Al menos, no lo que necesitan.

descartes

La medida más polémica. Europa está preparando a la flota para que desembarque todo lo que pesque. Todo. Pezqueñines, especies de escaso valor comercial, peces que no aguantan toda la marea en la bodega y que amenazan con contaminar el resto de la carga del barco, ejemplares para los que no disponen de cuota... Todo. ¿Jauja? Podría, si no fuese porque continúan las limitaciones que suponen los totales admisibles de captura (TAC) y cuotas y, sobre todo, por esa estabilidad relativa (clave fija de reparto entre países) que deja el 7 % de las cuotas a un país, España, que coloca su bandera en el 24 % de la flota europea.

flexibilidad

Al límite, según Agricultura; escasa, a juicio del sector. El secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, dice que la rebaja de la flexibilidad que se acordó el martes de la semana pasada en Bruselas aún da margen para que la flota no tenga que amarrar porque, al tener que desembarcar todo, se agote la cuota. El sector sostiene que no, que ese porcentaje escalonado que permitirá devolver al mar el 7 % los dos primeros años para quedar en un 5 % dentro de quinquenio no es suficiente. Como tampoco llega que se permita descontar el 9 % las capturas de aquellas especies de las que no se tienen posibilidades de aquellas que sí se tienen.

tac y cuotas

La eterna carestía. El problema que tiene España en aguas comunitarias es que dispone de muy pocos cupos y de muy pocas especies. En Gran Sol, por ejemplo, solo tiene asignadas posibilidades para extraer merluza, gallo, rape y cigala. Hasta ahora, si un barco español capturaba, por ejemplo, eglefino, una especie de alto valor comercial y muy apreciada en el mercado, la tripulación no tenía más remedio que devolverla al mar, puesto que, al no disponer de cupo, se exponía a una sanción si desembarcaba esa especie. En cuanto se prohíban los descartes, esas toneladas de eglefino tendrán obligatoriamente que descargarse. ¿Significa que se dará cuota a España? No, significa que esas toneladas de eglefino se descontarán de aquellas especies de las que sí tiene tope, como merluza, gallo y rape. Si se tiene en cuenta que, de esta última especie, España solo recibe el 3 % de todo el TAC (total admisible de capturas) comunitario, no es extraño que la flota tema tener que amarrar antes de que acabe el año.

más límites

Rendimiento Máximo Sostenible (RMS). Otra limitación a la pesca llegará del imperativo de gestionar las poblaciones por encima del rendimiento máximo sostenible. Es decir, que se fije la mortalidad por pesca de forma que se garantice que quedan reproductores suficientes para garantizar la supervivencia del stock. Ese objetivo deberá alcanzarse en el 2015, muy apurado, a juicio tanto del sector como de Agricultura, que presionan para que pueda dilatarse hasta el 2020. Además, los pescadores intentan evitar que cuaje la intención del Parlamento Europeo (PE) de introducir además el condicionante de la biomasa total de peces que debe haber en el mar.

capacidad de la flota

Sobrecapacidad no significa sobrepesca. España intenta desmontar la creencia que la culpa de la sobrepesca la tiene el número de barcos. Como explicó el secretario general de Pesca, que exista más capacidad de la que se necesita, no determina si los recursos están sobreexplotados. «A ninguna fábrica se le exige que tenga la dimensión exacta para producir lo que está fabricando. Al contrario, hay sobrante por si hay que aumentar la producción», explicó Domínguez. Y vendió como un logro que se haya hurtado a la Eurocámara la posibilidad de imponer un calendario rígido y vinculante para la reducción de flota en favor de la Comisión. Y ahí es donde ve el peligro el sector: que sea el equipo de Damanaki la que decida si el número de barcos está acorde con el estado de los recursos.

últimos pasos

De nuevo a los trílogos. Que los Veintisiete revisasen a la baja sus líneas rojas se debe a que los eurodiputados se mostraron inflexibles. España espera que, ahora, con este acercamiento, la Eurocámara revise su postura conservacionista de máximos para poder aprobar la reforma pesquera antes de que acabe el mes de junio y, con él, la presidencia irlandesa. Los Estados miembros tienen claro que la dureza de la Eurocámara se debe a que no son los eurodiputados los que tienen que aplicar las normas. Y advierten de que, si ahora no ceden, la reforma fracasará. Preparan también al sector para los cambios. Que los habrá, en forma de modificaciones a bordo del barco, instalación de sistemas de congelación para traer especies que se descompongan. Sacrificios para no poder pescar lo que se necesita.

análisis los temores de la flota ante los cambios que se perfilan con la reforma