El recorte de trenes pretende tapar un agujero anual de 22 millones

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

En Galicia no hay ninguna conexión de media distancia con beneficios, y en España, solo dos. Los sindicatos critican los criterios economicistas

21 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

¿Deben aplicarse estrictos criterios de rentabilidad a los servicios de transporte público? Parece evidente que no. Una decisión con criterios de empresa privada supondría la desaparición de todas las líneas ferroviarias convencionales de media distancia del país, a excepción de las dos únicas que dan beneficios: Madrid-Sigüenza y Barcelona-Valencia. En Galicia, por tanto, todas las líneas arrastran déficits de explotación, incluida la joya de la corona, el eje A Coruña-Vigo, que es la que más ingresa cada año (12,5 millones de euros), pero también es la que más pierde en valores absolutos (7,4 millones). Su tasa de cobertura (relación entre ingresos y costes) es la mejor de la comunidad: es capaz de cubrir el 62,7 % de los gastos que genera.

La decisión de Fomento de recortar servicios en Galicia, que se hará pública en junio y que supondrá la desaparición de unos 84 trenes semanales, tiene como fin tapar parte del agujero anual de unos 21,9 millones de euros que generan estas conexiones y que el Estado o la Xunta compensaban a Renfe con subvenciones o ingresos periódicos. El saneamiento de la operadora pública es más acuciante ahora ante el objetivo de liberalizar el transporte de viajeros por ferrocarril, pues en este contexto de competencia Renfe no podría recibir el caudal de dinero público inyectado hasta ahora. La liberalización se retrasa -estaba prevista para este verano-, pero está claro que tendrá un coste en la vertebración ferroviaria del país.

En Galicia ya hay un conexión de media distancia intercomunitaria que desaparecerá: Ourense-Puebla de Sanabria. Su ocupación ronda el 4,2 %, apenas ingresa 37.000 euros y, en cambio, el coste de explotación anual es de 1,278 millones. Pero hay otras líneas que no llegan al 15 % y que son las que sufrirán los recortes de frecuencias, al sumar pérdidas de 10,6 millones: Vigo-Ourense (11,7 %); Vigo-Ourense-Ponferrada (12,9%); A Coruña-Ferrol (13,3 %) y A Coruña-Lugo-Monforte (14 %). Renfe ingresa unos 15,4 millones por estas diez líneas de media distancia, pero le cuesta 37,3 mantener su explotación comercial.

Informe cuestionado

El último informe de la consultora Ineco, donde se revelan estas cifras de negocio, analiza estas conexiones declaradas obligaciones de servicio público para ver qué medio de transporte -autobús o vehículo privado- utilizarían los viajeros en caso de supresión de trenes. Los sindicatos, que coinciden en criticar el economicismo con el que Fomento aborda la propuesta, llaman la atención sobre las premisas «erróneas» que subyacen a este estudio, entregado a Fomento el 27 de noviembre del año pasado y que complementa con datos del 2011 el que encargó el exministro José Blanco, terminado en abril. «No tiene sentido preguntarnos qué haría la gente si desapareciera un servicio cuando no hemos indagado cuáles son las razones por las que ese servicio tiene una utilización relativamente baja», se asegura en las alegaciones de la CGT.

Para los sindicatos, Renfe y Fomento renuncian a analizar posibles mejoras que aumentarían la ocupación en determinadas conexiones y optan por la vía «fácil» del recorte. Comisiones Obreras, por ejemplo, cree que Galicia sale más perjudicada frente a otras comunidades al carecer de cercanías.