Para aproximarnos a la contienda municipal del año 2015 hay que considerar que un año antes se tienen que celebrar elecciones al Parlamento Europeo en los 27 Estados de la Unión. Estos comicios servirán para visualizar la crisis del sistema electoral español, con el PP en 4 millones de votos, el PSOE algo por debajo y una participación del entorno del 37,0 % del censo electoral; sabremos si aparecen nuevas candidaturas ciudadanas, y sobre todo, veremos cómo resuelve Anova su concurrencia. El problema que tienen planteado los de Beiras es complejo, porque su esencia fundacional los anima a tirarse al monte con EH-Bildu en estas elecciones europeas, entre otras buenas razones para disputarle la hegemonía nacionalista al BNG, que estará pensando en lo mismo. Sin embargo, Anova, que no AGE, reúne votantes nacionalistas con otros procedentes del PSdeG-PSOE y de la abstención; ya nos hemos referido en estas páginas al espacio ciudadano de ruptura y el posicionamiento óptimo que ha alcanzado esta formación para representarlo, por lo que sería un error su concurrencia europea bajo la etiqueta nacionalista: representa a más electores que a estos. Si Anova decide sumar con IU/ICV en estas elecciones europeas podemos pensar que les asusta medirse, lo que resulta infantil, o que otra fórmula les complicaría la convivencia en el Parlamento gallego; pero trabajar para la vieja izquierda española de Cayo Lara y en definitiva para el PSOE, sería abandonar el espacio de ruptura. Concurrir en solitario no les garantiza representación, por lo que podrían sumar con su homónimo Compromís y que se orienten los demás. Equo, por ejemplo, ya lo ha hecho, son los verdes, sin cálculos ni complejos.
Yendo a los números, lo más aproximado que podemos decir es que en las elecciones municipales del año 2015 el PP podría mantenerse por encima del 40,0 % de los válidos, aunque con menos de 600.000 votos, mientras que el PSOE tiene que caer cinco puntos hasta el umbral del 20 % con menos de 300.000 votos. Anova debería sorprender en los grandes municipios con porcentajes superiores a los del PSdeG-PSOE, y el Bloque demostrar, con un buen número de concejales, que es la fuerza nacionalista hegemónica en Galicia. Todo esto para una participación del 54,3 % del censo gallego. Esto es lo razonable a día de hoy, Galicia es pluripartidista, pero el PP es hegemónico porque el PSdeG-PSOE no le disputa el elector central, con perfil gestor y sumiso al sistema euro, como mandan los cánones.