La oposición descarta, «polo de agora», la censura a Feijoo

d. s. santiago / la voz

GALICIA

16 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La posibilidad de que los grupos de la oposición parlamentaria extremen el cerco contra el presidente de la Xunta con el registro de una moción de censura, sobre todo una vez que reclamaron ya la dimisión de Feijoo por las fotos en las que aparece junto al narcotraficante Marcial Dorado, es un asunto que suscita algunas dificultades técnicas y que, «polo de agora», no se encuentra «enriba da mesa».

Así lo confirmó ayer públicamente Abel Losada, portavoz del PSdeG, el único grupo que tiene el margen suficiente para impulsar en solitario una reprobación del Gobierno autonómico de este calibre, similar a las impulsadas contra el Ejecutivo de Fraga en el 2001, por la gestión de la crisis de las vacas locas, o a finales del 2002, después de la catástrofe del Prestige.

Las mismas palabras se escucharon ayer por boca del portavoz del BNG, Francisco Jorquera, quien afirmó que, de momento, «non está sobre a mesa o debate» en torno a la presentación de una moción de censura que, como requisito normativo, obliga al grupo proponente a presentar un candidato alternativo a la presidencia de la Xunta, un punto este sobre el cual los grupos de la oposición mantendrían posiciones divergentes.

La coalición Alternativa Galega de Esquerda (AGE) evitó valorar públicamente la opción de registrar la censura, un recurso que obligaría a estar formación, con 9 diputados, a entenderse con el BNG para impulsarla conjuntamente con el aval indispensable de al menos 15 parlamentarios. Y desde el PP, su portavoz parlamentario, Pedro Puy, le restó trascendencia a esta vía, al afirmar ayer que, de entre «as múltiples formas de facer o traballo político», los grupos de la oposición pueden elegir la que consideren «máis útil» para contribuir «a que o país saia da crise».

La oposición, por tanto, levanta el pie del acelerador de la moción de censura, pero asegura que seguirá acosando a Feijoo por las fotos con Dorado. ¿Pero cómo? Pues a través de interpelaciones y preguntas, e insistiendo en la petición de dimisión.