El gurú del socialismo que quedó varado en Guitiriz

d. s. santiago / la voz

GALICIA

07 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Muchos aún lo recuerdan como Blanquito, el apelativo con el que era conocido en los años ochenta en Santiago. Otros se quedaron en el peyorativo Pepiño, como aludían a él algunos opinadores de Madrid, e incluso hubo quien lo trató únicamente en calidad de don José, en su etapa de ministro de Fomento. Y todas esas facetas confluyen en el Pepe Blanco, el trato que le dan en todo el PSdeG a uno de los mayores gurús, que con poco más que un teléfono móvil y un cuaderno con atadura de alambre en espiral fue determinante para conducir a Zapatero a la Moncloa y a Touriño a Monte Pío.

José Blanco nació en Palas de Rei en 1962, en el seno de una familia modesta. Su padre, fallecido recientemente, era ferroviario, y quién sabe si eso acabó marcando la familiaridad con las catenarias y las locomotoras que demostró mucho después en el Ministerio de Fomento, desde el cual se convirtió en el principal impulsor del AVE a Galicia. Al menos así se lo reconoció Manuel Fraga en los actos oficiales del 25 de julio del 2010, año jacobeo, cuando ambos coincidieron en Santiago y Blanco reemplazaba la ausencia de Zapatero: «Usted es el ministro que más hizo por Galicia», le espetó el expresidente de la Xunta en la entrada del Hostal de los Reis Católicos, escena de la que fue testigo Antón Louro.

Pero el verdadero Blanco se empezó a forjar en política mucho tiempo antes. Digamos que casi con pantalones cortos, cuando era alumno del maestro nacional Miguel Vázquez Calvo y de, ya en el instituto, Xosé López Orozco. Ambos lo arrimaron al PSP de Tierno Galván, más tarde diluido en el PSOE, y en aquella etapa incipiente José Blanco tuvo su primeros contactos con la estructura organizativa de un partido como el chico de los recados del histórico socialista lucense Jacinto Calvo, tío del ahora senador Ricardo Varela.

Se convirtió rápidamente en secretario general de las Xuventudes Socialistas y, en la etapa de Laxe en la Xunta, en presidente del Consello da Xuventude de Galicia y colaborador estimable del coruñés José Nogueira en las organización del PSdeG, cuando Sánchez Presedo era secretario general. La política, sin lugar a dudas, le tiraba más que los estudios, pues plantó muy rápido la carrera de Derecho, que empezó a cursar con Alberto Núñez Feijoo.

Su primer cargo institucional llegó en 1989, cuando se convirtió en senador, pasando en 1986 al Congreso. Aunque no fue hasta 1998 cuando se empezó a gestar su verdadera eclosión como gurú. Ocurrió en el congreso del PSdeG de Ourense, donde el papel de Blanco, junto al apoyo de Louro, Modesto Pose o Ismael Rego, fue decisivo para que Touriño ganara aquel congreso.

Solo dos años después, Blanco, su cuaderno azul y el cotejo de números con Fali Delgado, estrecho colaborador de Alfonso Guerra, volvió a ser decisivo para que Zapatero se impusiera a Bono por solo 9 votos como líder del PSOE. Esas dos victorias orgánicas las coronó después con victorias electorales, en el 2004 y el 2005, actuando como coordinador de campaña en España y en Galicia.

Desde entonces, a Blanco siempre se le esbozó un gran futuro por delante, aunque su verdadera ambición estaba en Galicia y en el proyecto que decía tener para presidir el Gobierno de su tierra natal.

Mantuvo sus opciones abiertas hasta que un día trascendió que se había citado en una gasolinera de Guitiriz (Lugo) con el empresario José Dorribo, imputado en la operación Campeón. Aquel encuentro y la posterior imputación judicial dejaron su carrera varada en una cuneta. Y quién sabe si de manera definitiva o, como le desea su mentor, Xosé López Orozco, solo como «un punto e aparte».

perfil josé blanco lópez