Semana Santa en Galicia

Juan R. Vidal Romaní CATEDRÁTICO DE GEOLOGÍA

GALICIA

03 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cada vez me convence más el cambio climático: marzo ha sido el mas lluvioso desde 1947. Y nos queda «abril aguas mil». Galicia es el parque temático del agua con 30.000 kilómetros de cauces fluviales donde se repite lo mismo todos los años sin dejar de asombrarnos. Podría escribirse la letanía del agua. La vemos caer del cielo arruinándonos las vacaciones y las de los turistas. Se acumula en los embalses y misteriosamente en uno de ellos, Belesar, se despierta una sismicidad de baja intensidad respuesta de la sobrecarga del terreno por el peso del agua. Y con los embalses al 93 % de ocupación, 11 de los 19 han tenido que desembalsar agua por seguridad, y toda la teoría de construcciones suicidas alineadas en los cauces de los ríos, que en verano están muy bien, se inundan. Y cuando la onda de desembalses llega a las rías, si hay marea baja, todos los parques de acuicultura se arruinan en unos minutos pues el agua pasa de salada a dulce en un suspiro. El agua en Galicia no se puede retener, no hay donde acumularla para el verano. Los únicos freáticos que hay son los embalses que solo la retienen para producir energía eléctrica para otros que viven donde no llueve. En verano, como ocurre cuando no hay suelos profundos, la tierra se seca en unas semanas y entramos en la fase de los incendios que siempre duran lo suficiente para que cuando lleguen las próximas lluvias se lleven al mar los escasos suelos liberados de vegetación por el fuego. A veces pienso si compensa tanta agua.