Medio Ambiente reduce el riesgo de inundaciones a casos aislados

S. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Descarta situaciones de peligro pese a que ríos y embalses están al límite

03 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Llueve sobre mojado en un inicio de primavera que prolonga el invierno más pasado por agua que recuerda Galicia, coronado por el mes de marzo de mayor pluviosidad de los últimos 66 años. Y pese a todo, la comunidad gallega no aportará, salvo imprevistos, imágenes alarmantes de desbordamientos a los informativos. Eso es al menos lo que sostiene la Consellería de Medio Ambiente, que, pese a constatar que los ríos y embalses de la cuenca Galicia Costa se encontraban ayer al límite de su capacidad, rebajó el riesgo de inundaciones a casos puntuales que, a falta de lo que pueda deparar hoy la entrada de una nueva borrasca, no derivarán en situaciones de peligro.

Las zonas más amenazadas se corresponden con las riberas anegables que delimitan los mapas de riesgo elaborados por los organismos de cuenca. En concreto, con las riberas del Ulla y del Umia. Las intensas lluvias de los últimos días obligaron a regular el caudal del embalse del Umia, que está al 63 % de su capacidad, aunque las precipitaciones no han provocado desbordamientos en Caldas de Reis. Tampoco se registraron problemas en Barbanza. En Noia, el servicio de emergencias municipal desarrolla durante todo el año un trabajo de prevención para evitar que las crecidas del Tambre deparen problemas como los que sí han tenido lugar en Ponte Caldelas. El río Verdugo volvió a salirse de su cauce en varias ocasiones durante el mes pasado, en la playa fluvial de A Calzada y en el entorno del área deportiva de Chan da Barcia, dentro del casco urbano.

Las mayores complicaciones se localizan en la provincia de Ourense, en la cuenca de competencia estatal Miño-Sil. A pesar de que la ausencia de lluvias dio ayer una tregua a los ríos en la provincia, la crecida del Miño mantiene activada la precaución a su paso por la capital, con las termas públicas y varios caminos fluviales anegados. La situación es más complicada en A Peroxa, donde confluyen el Miño y el Sil, y donde ayer se activó la prealerta ante las predicciones de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil de que el caudal seguirá al alza.

Los mapas de riesgo de los dos organismos que gestionan las cuencas gallegas identifican 952 kilómetros de zonas más expuestas a inundaciones en las cuatro provincias. En Galicia Costa, están delimitados 543 tramos fluviales con «riesgo significativo». Los de mayor recorrido corresponden a las riberas del Ulla (con 19 kilómetros que Augas de Galicia considera anegables), Lagares (13), Sar (11) y Umia (8,5). El núcleo de Vilagarcía está especialmente expuesto a las riadas por situarse sobre una marisma, aunque esta vez no registra incidencias. En la cuenca Miño-Sil, hay 409 kilómetros más susceptibles de desbordamientos. Las zonas de mayor peligro son O Porriño (46 kilómetros de riberas anegables) y la meseta central lucense, en el alto Miño (68).

Información con aportaciones de Cándida Andaluz, Cristina Barral, Marcos Gago y Javier Romero.