Drama social, agitación política

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La escalada del paro, los casos de corrupción y la contestación en la calle crispan un arranque de legislatura con reformas internas en los partidos

01 abr 2013 . Actualizado a las 17:39 h.

Igual que la crisis económica carece de precedente, tampoco se recuerda un primer tramo de legislatura tan bronco en la todavía breve historia de la Galicia autonómica. Con el desempleo a punto de cruzar la barrera de los 300.000 damnificados, los rigores del déficit mellando los servicios esenciales y el conflicto de las preferentes en ebullición, las calles se han transformado en un polvorín que ha reventado los muros de las Administraciones y la atonía de los que se mueven sobre la moqueta. La crispación impregna el debate político, mientras los partidos intentan capear los escándalos de corrupción, con más de 80 cargos gallegos imputados en distintos casos que permanecen amarrados al sillón.

En medio de este aciago panorama, los principales partidos dedican el arranque de la legislatura a renovar equipos. El PP de Feijoo resolvió por la vía rápida, todavía con el viento a favor del triunfo en las autonómicas de octubre. El BNG viene de quemar otra etapa en el proceso que abrió hace un año para buscar un nuevo espacio. El PSdeG deja para el verano ese ensayo de primarias para elegir a los delegados que decidirán la nueva dirección del partido, esa fórmula novedosa que algún socialista crítico ha renombrado con sarcasmo como «secundarias». Y la recién llegada Alternativa Galega de Esquerda (AGE) sigue afilando una política más aguerrida que ya marca la pauta de una oposición sin contemplaciones.

la xunta

La «inxente tarefa» de Feijoo. El presidente sigue jugando el futuro de Galicia a la baza del cumplimiento del déficit, en la convicción de que la férrea disciplina en el gasto colocará a la comunidad en el vagón de cabeza para salir de un túnel de la crisis cuyo final todavía no se adivina. Esa política permite a la Xunta presumir de deberes hechos, con sombras como el aumento del desplazamiento de gasto que ha revelado el Consello de Contas. Pero no sutura la herida abierta del desempleo por la que se desangra el país. Y las soluciones para los sectores productivo (lácteo y pesquero) e industrial (naval y eólico) no acaban de llegar. En estos cien primeros días de su segundo mandato, Feijoo -fotos comprometidas aparte- también ha sentido de cerca el hedor de la corrupción que planea en el PP, y que en Galicia mantiene un plató abierto en el ala del pazo de Raxoi que preside Ángel Currás. Tampoco tiene contentos a los 90.000 empleados a sueldo de la Xunta, que este año sufrirán una nueva merma media en sus retribuciones del 4 % que no padecerán los funcionarios de la Administración estatal. El propio Feijoo, que presentó un balance de 77 medidas implementadas en este primer trecho de la legislatura, asume que tiene por delante una «inxente tarefa». De la dimensión del reto da buena cuenta la decisión de parar de forma definitiva las obras de los dos edificios pendientes del Gaiás, con un coste que está por ver. Al rebufo de la victoria electoral, Feijoo resolvió el congreso de su partido con la incorporación de Paula Prado en la portavocía y de Agustín Hernández en la secretaría de Organización. La continuidad como número dos del PPdeG de un Alfonso Rueda reforzado con la vicepresidencia de la Xunta mantiene cerrado el debate sucesorio.

psdeg

Etapa de turbulencias. Cinco meses después de las elecciones en las que Pachi Vázquez perdió la confianza de más de 180.000 gallegos que en el 2009 habían votado a Touriño, la renovación del proyecto socialista sigue pendiente. La dirección ha invertido este tiempo en defender un proceso de primarias que no prevén los estatutos del partido. Vázquez le echó un pulso a Ferraz, aunque la fórmula pactada con Rubalcaba no responde del todo a su pretensión. Los militantes podrán votar, pero no para elegir al secretario general del PSdeG, sino para escoger a los delegados que el 6 de julio participarán en el congreso. La particularidad es que las listas de delegados estarán encabezadas por los candidatos a pilotar el partido.

Por ahora, solo José Ramón Gómez Besteiro ha dado un paso al frente en un terreno que los demás tantean. El presidente de la Diputación de Lugo ha tomado la delantera con una declaración formal de intenciones ante la militancia en Santiago y una gira en marcha para presentar su proyecto en todas las comarcas. Mientras, Vázquez se recrea en su papel de crupier y pide a «quienes dicen que no les gusta el partido» que descubran sus cartas, mientras él oculta las suyas «para no contaminar» las reglas del juego. Con José Blanco fuera de la partida desde que la Fiscalía reclamó al Supremo su procesamiento por el caso Campeón, las alternativas pasan por el sector crítico, donde suenan el exdiputado Fernández Leiceaga, la exconselleira María José Caride, y el exalcalde de Fene Iván Puentes. Tampoco se descarta Francisco Caamaño, si bien el que fue ministro de Justicia actuará de comodín con Vázquez y solo concurrirá si este no lo hace.

age

Punzante oposición. La contundencia que AGE ha convertido en divisa de su labor de oposición política no desmerece de su fulgurante irrupción como tercera fuerza parlamentaria, tras cosechar más de 200.000 votos en octubre. Desde que Beiras dinamitó la sesión constitutiva con un amago irónico de disolución de la Cámara, en su condición de presidente de la mesa de edad, los nueve diputados del grupo no han levantado el pie del acelerador. Su incisivo discurso condiciona tanto a la presidencia del Parlamento, concentrada en evitar que los plenos se le vayan de las manos, como a los otros dos bandos de la oposición, abocados a subir las revoluciones para hacerse ver y que su tarea no quede ensombrecida por el protagonismo de los recién llegados.

BNG

Mudanza tardía. Los más atentos a sus evoluciones son los diputados del BNG, incluido el sustituto de Aymerich, Daniel Rodas. Tras trece meses de un rumbo errático inducido por la salida de Beiras y de Encontro Irmandiño de la nave nacionalista, que costó otra sangría de miles de votos al Bloque, la coalición acaba de encontrar en el economista Xavier Vence al capitán que tendrá el reto de navegar hacia aguas más tranquilas y abandonar más de una década de zozobra electoral. El discípulo de Beiras en Económicas llega a la portavocía nacional con la misión de la UPG, el partido hegemónico dentro del BNG, de explorar puntos de encuentro con AGE. Es una etapa convulsa para la política. Un tiempo dramático para los ciudadanos.