¿Y qué dice la Xunta?
Precisamente, este servicio entre las dos ciudades coruñesas es uno de los que pueden correr peligro. Un alto cargo de Fomento señaló hace unos días en el Congreso que no podía garantizar la continuidad de esa línea. Sí lo hace la Xunta, que asegura que la frecuencia A Coruña-Ferrol no corre peligro. Todo lo contrario que la que une Ourense con Puebla de Sanabria, que sin subvención sigue siendo tan deficitaria como cuando los recursos autonómicos tapaban las pérdidas de Renfe. En el 2010, la Xunta pagaba a la operadora 42 euros por cada viajero que hacía el trayecto entre Ourense y A Mezquita, cuando el precio del billete era de 6,50. Sin ayuda pública, a Fomento no le interesa mantenerlo. Los 9.000 usuarios anuales de la línea a Puebla de Sanabria reportan 37.400 euros, pero su mantenimiento cuesta 1,27 millones.
¿Y qué dice la Xunta? Asume que el cierre es inevitable. Su discurso es que los vecinos de las comarcas afectadas serán atendidos con autobús. Pero no está dispuesta a maquillar con dinero público un ferrocarril que no es rentable donde no está bien gestionado.