Suspendido el juicio contra los Pasteleros al desdecirse el único testigo de cargo

JULIO Á. FARIÑAS REDACCIÓN /LA VOZ

GALICIA

La Audiencia Nacional aplazó hasta octubre la vista oral de la banda de supuestos narcos gallegos más activa

07 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Casi cinco años después de ser apresado en aguas del Atlántico el pesquero venezolano San Miguel con 3.500 kilos de cocaína que iban a a ser desembarcados en las costas gallegas por una poderosa organización de narcotraficantes presuntamente liderada por los arousanos Óscar Rial Iglesias, el Pastelero, y José Costante Piñeiro Búa, Costiñas, ayer se iba iniciar en la Audiencia Nacional el juicio contra 26 de los acusados, todos ellos en libertad provisional, pero ha quedado aplazado hasta el 28 de octubre.

El motivo de la suspensión fue la ausencia del coimputado José Luis Fernández Tubío, que era el principal testigo de cargo. Tampoco comparecieron once de los doce tripulantes del pesquero, todos ellos de nacionalidad venezolana.

Fernández Tubío, que hasta el pasado lunes estuvo localizable en su domicilio habitual de Escarabote (Boiro), donde se dedicaba a la pesca y contaba con protección policial permanente, hizo llegar al tribunal una declaración realizada ante notario en la que se desdice de todas sus declaraciones inculpatorias ante la policía y ratificadas ante el juez, en presencia de su abogado. Según testigos presenciales en la sesión de ayer del juicio, dijo que todo es mentira, que declaró lo que declaró para conseguir su excarcelación y dio las gracias a jueces y policías por el trato recibido.

Una carta personal

Su abogado también dio lectura a otra carta personal que remitió el Pastelero por los problemas que le haya podido ocasionar en su momento. Ante este panorama el presidente del tribunal decretó a suspensión del juicio hasta octubre y la busca y captura de Fernández Tubío.

Si no fuera localizado para entonces, se le declararía en rebeldía, como ya se hizo con los venezolanos, y se celebraría la vista oral contra los procesados presentes. Si finalmente es detenido o comparece voluntariamente, nadie cuenta con que vaya a «arrepentirse de haberse arrepentido», con lo que las posibilidades de que los por él acusados lleguen a ser condenados son prácticamente nulas.

De ser así, una investigación que, según el relato de hechos que recoge el escrito de acusación, había servido para desarticular la organización de narcos más activa de la última década que, siempre según el fiscal, había concertado con los colombianos el transporte a lo largo del año 2008 de entre 15 y 20 toneladas de cocaína, se habría quedado en nada.

Según las fuentes judiciales consultadas, en la decisión de Fernández Tubío pudo haber sido determinante el que no le diesen garantías de que se fuese a rebajar la petición fiscal en su escrito de conclusiones provisionales que era de 12 años de cárcel, solo dos menos de los que pedía para los presuntos capos.