Galicia y Uruguay abren conversaciones sobre la entrada de empresas españolas en el país americano

GALICIA

Los sectores claves serán el naval y el eólico

06 mar 2013 . Actualizado a las 17:22 h.

Las empresas gallegas podrían ver una tabla de salvación de la crisis en Uruguay. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y el embajador uruguayo en España, Francisco Carlos Bustillo, abordaron en su encuentro de esta mañana la posibilidad de que empresas españolas puedan entrar en los nichos de mercado uruguayo de la energía eólica y el naval. Bustillo explicó que Galicia «ha empezado a incursionar en Uruguay» en la construcción de barcazas para abarcar la hidrovía que conforman los ríos Paraguay y Paraná. «Obviamente, en ese sentido Feijoo nos insistió en ver la posibilidad de ampliar los negocios de Galicia en Urugay» a través de esos dos sectores principales.

El de esta mañana ha sido el primer encuentro entre el embajador y las autoridades de Galicia. Sin embargo, ya hay concertadas dos reuniones más. Una se producirá a principios del mes de abril y en ella participará el área comercial de la embajada uruguaya, que mantendrá encuentros con el mundo empresarial para desarrollar diferentes actividades «y ver de avanzar los distintos negocios tanto en el Uruguay como en España». Además, está prevista la visita del presidente de Uruguay a España, «y obviamente visita obligada es Galicia», lo que será una nueva oportunidad de desarrollar aspectos económicos y comerciales, que es «el acento que pone Mujica a todas las actividades que desarrollan las embajadas en el exterior»,. El embajador dijo tener «grandes expectativas» sobre esta ronda de encuentros

Preguntado sobre la muerte de Hugo Chávez y el período de incertidumbre que se abre ahora, Bustillo afirmó que «el advenimiento de las izquierdas» en los países de Latinoamérica es algo novedoso y que «la alternancia de partidos» es buena y en ese sentido «desde un tiempo a esta parte es la hora de las izquierdas». Además, mostró su convicción en la «fortaleza de las instituciones» que a su juicio «trascienden a las personas» y aclaró que precisamente por esa fortaleza institucional lo más probable es que no haya consecuencias negativas en el plano económico tras el fallecimiento del líder revolucionario.