Llegará el día en el que les coloquen en el tobillo una pulsera electrónica, como a los presidiarios. Por supuesto que entre los funcionarios hay de todo, como en el fútbol y en la pesca al curricán, pero misteriosamente acaban siendo, como en el arranque de la película Casablanca, los sospechosos habituales que salvan las estadísticas policiales... Lo curioso del caso es que los gobernantes, que además de vigilarlos les recortan el sueldo, cercenando así la eficiencia de sectores tan vitales para el país como la sanidad o la educación, no establecen el mismo celo para sus iguales: basta darse un paseo por cualquier sesión parlamentaria, estatal o gallega. ¿Qué horario tienen los políticos? Es una incógnita. Probablemente los haya muy trabajadores. Seguro que los hay muy vagos. Pero a ciencia cierta nunca lo sabremos: ellos no van a fichar, pues empeñados están en que su reino no sea de este mundo...