El accidente de Lavacolla quedó grabado en vídeo

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El documento visionado en el juicio recoge el momento en el que el microbús del club Emevé de Lugo perdió el control. En el siniestro perdieron la vida tres chicas

22 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La vida cambia en solo un segundo. Aquel fatal 3 de mayo del 2009, a las dieciséis personas que componían la expedición del club Emevé de Lugo les cambió para peor cuando más felices estaban. Ese espeluznante tránsito de la alegría a la tragedia quedó recogido en un vídeo que ayer se proyectó en el juicio porque una de las chicas que viajaban en aquel bus iba en ese mismo momento grabando con el teléfono móvil o con una cámara de fotos.

Las jugadoras del equipo de voleibol habían quedado subcampeonas de España en Canarias. Llegaron en avión al aeropuerto de Lavacolla, donde las recogió el microbús que conducía el acusado, Federico Ferreiro Álvarez, para el que el fiscal solicita cuatro años de cárcel y el pago de indemnizaciones. Solo había alegría en aquel bus. El vídeo muestra cómo las jóvenes cantaban y bailaban en sus asientos al son de la música que sonaba en el equipo del vehículo.

Los momentos alegres quedan interrumpidos primero por un «¡eh!» a coro que todo apunta a que coincide con el momento en el que el conductor frenó a fondo tras percatarse de que se había pasado la bifurcación para tomar la dirección de Lugo en la SC-21, el vial que enlaza el aeropuerto compostelano con la autovía A-54. A esa interjección carente aún de miedo le sigue después un grito colectivo lleno ya de terror y, de inmediato, la cámara cae al suelo coincidiendo con el primer impacto del microbús contra la barrera lateral de protección de la calzada.

Afortunadamente, la cámara dejó de grabar en ese instante. El vídeo hiela la sangre a cualquiera que lo visione, pero al menos no contiene ninguna de las terribles escenas que debieron seguir a continuación y que le costaron la vida a Aida Cela Álvarez, a Iris Aria Rodríguez y a Patricia Xavier, además de causarle heridas graves a otras once personas que formaban parte de aquella expedición.

Ese terrible vídeo fue lo último que se vio ayer en la segunda jornada del juicio que se celebra esta semana en Santiago contra el conductor de aquel bus. Fue un final triste para una historia que aún lo es más, porque esas imágenes muestran en toda su dureza cómo la vida de unas jóvenes que estaban pasando un gran día quedó truncada en un instante.

El vídeo es duro, pero constituye una prueba forense muy esclarecedora porque corrobora el análisis de los peritos y la versión de los hechos de los testigos, y que coinciden en que el conductor circulaba mucho más rápido de lo permitido.

A 108 en un tramo de 40

Todos los peritos que comparecieron ayer en la vista coincidieron en que el exceso de velocidad fue la causa del accidente. Los expertos de la Guardia Civil que hicieron el análisis del tacógrafo confirmaron que en el momento del accidente circulaba a 108 kilómetros por hora en un tramo limitado a 40 de la SC-21, el vial que enlaza el aeropuerto de Lavacolla con la autovía Santiago-Lugo (A-54).

También fueron motivo de análisis las huellas de frenada y fricción que dejó el bus en la calzada, que según los peritos están en consonancia con la velocidad de 108 kilómetros por hora registrada en el tacógrafo, argumentos que echan por tierra la versión que ofrecieron los abogados del acusado y de la aseguradora, que apuntaba a que el tacógrafo, debido al impacto, pudo tener un funcionamiento erróneo. «Eso es imposible», sentenció un agente.

Otros peritos que analizaron el bus revelaron que, además, el sistema de frenado antibloqueo ABS no funcionaba.