El contramaestre fue el último que habló en el «Ecce Homo» con el maquinista desaparecido

Mar García Balseiro
mar g. balseiro VIVEIRO / LA VOZ

GALICIA

La tripulación del pesquero, en las tareas de atraque a su llegada ayer al puerto de Celeiro.
La tripulación del pesquero, en las tareas de atraque a su llegada ayer al puerto de Celeiro. pepa losada< / span>

El barco iba navegando para que el tripulante recibiera atención médica por una herida que sufrió en la tarde del lunes en Gran Sol

15 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cincuenta minutos de la madrugada del martes, entre las 5 y las 5.50 horas, están en blanco para la tripulación del pesquero Ecce Homo de Celeiro. Nadie sabe qué pudo pasar al primer maquinista, Enrique Basanta García, que desapareció en el mar a 23 millas de la localidad irlandesa de Castletown, cuando el resto de la tripulación lo creía en el camarote. El barco iba navegando para que el tripulante recibiera atención médica por una herida que sufrió en la tarde del lunes en Gran Sol. El Ecce Homo llegó ayer al filo de la una de la tarde al puerto de Celeiro. Allí lo esperaban agentes de la Policía Nacional, que realizaron la primera inspección ocular del barco, dando inicio a la investigación para tratar de esclarecer la desaparición de Basanta García.

El contramaestre, que fue una de las últimas personas con las que estuvo el desaparecido en el comedor antes de ir a su camarote, y el segundo motorista, declararon ya en la comisaría viveirense para tratar de reconstruir las últimas horas del maquinista, de 42 años, y socio de la armadora.

Fuentes de la investigación incidieron en las dificultades del caso, porque «ninguén veu nada, desapareceulles do barco». En ruta hacia el puerto irlandés, al menos tres tripulantes estaban de guardia; el resto, descansaba en los camarotes.

Uno de los aspectos que tendrán que aclarar es el tipo de medidas que se tomaron para vigilar al marinero, herido 12 horas antes con una sierra radial en la ingle cuando faenaba. La última vez que lo vieron «descansaba tranquilo». Cuarenta y cinco minutos después ya no estaba en el barco, y se presupone que cayó por la borda. Cómo llegó a cubierta, y por qué, es una incógnita.