La Audiencia Nacional sienta en el banquillo al Pastelero y a Costiñas

JULIO Á / FARIÑAS REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Son los presuntos capos de la principal banda de narcos de la última década en Galicia y se enfrentan a una petición de 18 años de cárcel

15 feb 2013 . Actualizado a las 19:44 h.

Casi cinco años después de ser detenidos como presuntos capos de una organización internacional que tenía un contrato con un cartel colombiano para introducir aquel año -2008- entre 15 y 20 toneladas de cocaína en las costas españolas por vía marítima, la Audiencia Nacional ha fijado para dentro de un mes la vista oral contra el Pastelero y Costiñas.

Junto a José Costante Piñeiro Búa, Costiñas, y Óscar Manuel Rial Iglesias, el Pastelero, se sentarán en el banquillo José Andrés Bóveda Ozores, Charly y Sandokán, Francisco Padín Fernández, Fran el Pardillo, y Juan Carlos Cañón García, además de otros 19 acusados por tráfico de cocaína y/o blanqueo.

El fiscal pide para los acusados penas que van de los cuatro años -aquellos que solo están acusados de blanqueo- a los 18, para los dos presuntos capos que están procesados por tráfico y blanqueo. Los 24, si prospera la petición fiscal, pueden ser condenados hasta un total de 224 años de prisión. Todos está en libertad provisional.

Las detenciones se practicaron tras el apresamiento el primero de junio del 2008 del pesquero San Miguel, de pabellón venezolano, con casi 3,5 toneladas de cocaína a bordo.

Costiñas, supuestamente un veterano narcotraficante cambadés de 47 años, con dos condenas anteriores por delitos contra la salud pública, una en Portugal y otra en Francia, según el escrito de acusación de la Fiscalía, ostentaba la jefatura de la trama.

Óscar Manuel Real Iglesias, un vilagarciano de 40 años apodado el Pastelero, era «el brazo derecho y socio del anterior» y el contacto con los colombianos.

Reparto de funciones

Si el primero era el experto en telecomunicaciones entre los barcos y tierra a ambas orillas del Atlántico, el segundo se ocupaba de la logística de tierra, «consistente -explica el fiscal- en el emplazamiento de los astilleros y en el movimiento de las embarcaciones». Lo acusa igualmente de participar en la financiación de la operación y de coordinar a un grupo de al menos 40 personas que participaban en las descargas y almacenamiento en tierra hasta la distribución de los alijos a clientes mayoristas.

Bóveda Ozores aportaba, según el fiscal, la infraestructura marítima a base de lanchas neumáticas y embarcaciones de recreo a las que le daba cobertura desde un astillero de la ría de Arousa y cuatro naves-almacén, dos en la zona de Cambados y otras dos en la de Vigo.

El isleño Padín Fernández, Fran el Pardillo, era siempre según las conclusiones provisionales del fiscal, quien preparaba y montaba los motores de las lanchas usadas para los desembarcos, contrataba a tripulantes y coordinaba el almacenamiento de la droga en tierra.

A Juan Carlos Cañón, entre otros cometidos, la acusación le atribuye el mando de cuatro o cinco pequeñas embarcaciones que controlaba a las patrulleras de Aduanas y de la Guardia Civil parta evitar que detectaran los movimientos del alijo.

Esta organización, según fuentes de la lucha antidroga, pudo haber movido tres grandes alijos anuales desde el 2003.