Comerciantes denuncian daños e insultos por parte de un niño coruñés de 6 años

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

El menor aparece muchas veces con dos niñas de unos diez años «que actúan como él» en el barrio de la Sagrada Familia

04 ene 2013 . Actualizado a las 09:26 h.

La Policía Local de A Coruña remitirá a la Fiscalía de Menores las denuncias de vecinos y comerciantes del barrio de la Sagrada Familia, sorprendentemente, contra un niño de apenas 6 años. Dueños de establecimientos de la zona se vienen quejando en los últimos meses de constantes daños e insultos por parte de este crío. Dicen y así lo han puesto en conocimiento varias veces ante el Ayuntamiento, que «raro es el día» que no moleste, insulte, amenace o cause daños en los negocios de la zona. Hablaron con su madre y con algunos familiares. Ella reconoció más de una vez que «no puede» con él.

En la librería, en la ferretería, en el bar, en la panadería, en la mercería, todos han llamado alguna vez a la policía. No son hechos graves. El pequeño no pasa de lanzar y romper algún objeto, dar un desplante al dueño, una amenaza o un insulto. La cosa no es tanto la gravedad de sus fechorías, sino «que las hace todos los días», denuncian desde la asociación vecinal. Muchas veces, acompañado de dos niñas de unos diez años «que actúan como él».

Cuentan que cuando aparece la policía, que aparece muchas veces por la Sagrada Familia, pasa del desplante a los llantos. Les dice a los agentes que el comerciante que lo denunció le pegó.

Hace unos días acudió a un establecimiento. Según afirman, «lo cotidiano es que aporreara la puerta o se paseara desafiante por el establecimiento», pero esta vez «cogió un bote y lo lanzó contra un expositor». Volvió la policía. Y su madre, que lo regañó, aseguró que su hijo no volvería a hacerlo.

Dejando por sentado que en la Fiscalía no pueden dar información alguna sobre este caso ni sobre otro cualquiera en el que esté involucrado un menor, cuentan que no tienen constancia de un caso similar ni tan precoz; si bien advierten que las fechorías no son graves. Son travesuras, aunque hayan generado malestar.

Desde la Policía Local reconocen que fueron «muchísimas» las veces que se tuvieron que trasladar a la Sagrada Familia tras la llamada de un comerciante quejándose.