
La falta de lluvias ha dejado al descubierto un pueblo de Lobios anegado en 1992 para hacer el pantano de Lindoso
10 dic 2012 . Actualizado a las 01:38 h.Cuando hay restos de pueblos bajo las aguas de un embalse y este desciende de nivel, se asoma un paisaje desolador, en cuyas piedras de paredes derruidas o semiderruidas queda la impronta de vivencias y tristezas, las de los vecinos, en este caso de Aceredo, en el municipio ourensano de Lobios.
Varios ciudadanos cuyas familias proceden de Aceredo no se alegran de ver lo que queda de aquella aldea en la comarca de la Baixa Limia. Se cumplen ahora veinte años de la desaparición de la aldea bajo las aguas del embalse de Lindoso, cuya presa está ubicada en Portugal. Y desde entonces no se había visto el viejo pueblo como ahora. Sería la Valverde de Lucerna unamuniana y sanabresa de esta comarca fronteriza ourensana, aunque sin las legendarias campanadas en la noche de San Juan, porque la iglesia no está allí.
En Lobios se ha despertado la curiosidad por este hecho y algunas personas acuden estos días al embalse para intentar reconocer edificios y calles de lo que en otro tiempo fue el pueblo de muchas personas que ahora habitan en otros lugares de la zona, fundamentalmente en el núcleo de Compostela.
Un descenso de récord
La alcaldesa de Lobios, María del Carmen Yáñez, trasladó en su momento a la eléctrica portuguesa la inquietud por el notable descenso del cauce en el embalse: «Me dijeron que aunque nunca había bajado tanto -es la primera vez que yo veo el pueblo de Aceredo sobresalir de las aguas- ese descenso está dentro de lo normal y que descendió debido a que no llueve». En cualquier caso, la caída del nivel de las aguas es de récord en los dos últimos decenios.
El pantalán construido por el Ayuntamiento ante tan importante merma de la cota de agua está ahora inclinado sobre la ladera de tierra y piedras que ha quedado al descubierto. La distancia entre esta estructura y el agua es ahora bastante considerable. En aquel año 1992 se vivieron momentos de tensión cuando los vecinos tuvieron que abandonar para siempre sus casas. En Aceredo vivía mucha gente mayor y fue un golpe grande.
Ahora aquellas familias viven en el nuevo pueblo, al lado de la carretera N-540. La iglesia fue trasladada a Compostela, un lugar próximo, en un trabajo que resultó muy laborioso. Y es que el templo que en su día se erigió en el desaparecido pueblo se llevó piedra a piedra hasta su actual emplazamiento.
El embalse enciende la curiosidad -prueba de ello son las visitas que ha recibido durante este puente festivo- pero no apaga emociones.
sequía en pleno invierno en aceredo
«Es la primera vez que veo Aceredo sobresalir de
las aguas», dice
la alcaldesa
La curiosidad ha llevado estos días a muchas personas a
visitar la zona