También el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, habló de las consecuencias de la crisis económica en el mundo judicial, y consideró que la situación actual está derivando en «un ataque aos dereitos adquiridos dos traballadores, dos funcionarios e dos beneficiarios das prestacións sociais do Estado», que están perdiendo peso a favor «dos dereitos adquiridos no mundo dos negocios. Esta última clase de dereitos non só non é atacada nin cuestionada, senón que aínda se favorece a tendencia a consideralos inviolables ou se reforza esta inviolabilidade con expresas disposicións legais».
Varela llegó a hablar de la «economía de casino», que se basa en la desregularización legislativa y en el estado de inevitabilidad fáctica, «que acaba traducíndose no argumento: ??Non hai diñeiro... non hai dereitos??». Para solucionar esta situación de «egoísmo especulativo das leis do mercado», el fiscal recordó que el derecho debe regular, promover y generalizar la confianza, garantizar la transparencia, la certeza y favorecer la previsión. También dijo que las leyes deben amparar a los emprendedores, creando marcos claros, y asegurar la racionalidad, la igualdad y la estabilidad.
Dijo que hay otro reto crucial, y es una reformulación del mapa judicial «capaz de dar unha resposta adecuada ás necesidades actuais da sociedade galega». Plantea otra distribución de la oferta judicial, «abandonando a dispersión territorial por un modelo que, a día de hoxe, faga compatible a concentración e a xustiza de proximidade». Varela cree que las nuevas tecnologías tienen que jugar un papel importante, «porque poderían actuar como instrumento de proximidade para impedir o afastamento entre os servizos da xustiza e as poboacións».