La austeridad gobernó tres años y medio en Galicia

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Alberto Núñez Feijoo es el primer presidente de la Xunta que ha visto mermar progresivamente sus recursos

27 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La necesidad de afinar el gasto ha sido la principal premisa política de Feijoo, que imprimió el sello de la austeridad a muchas de sus decisiones.

Decreto del gallego

Los padres no decidieron. Entrar por San Caetano y ponerse a trabajar en el nuevo decreto del gallego fue todo uno. El 30 de diciembre del 2009 salió del horno el primer borrador, que articulaba un reparto férreo del uso del gallego, el castellano y el inglés y establecía una consulta vinculante a los padres. El Consello Consultivo vio indicios de ilegalidad y fue necesario redactar tres borradores. El tercero, que abandonaba la consulta en primaria y secundaria y borraba el adjetivo vinculante en infantil, entró en vigor en mayo del 2010.

Concurso eólico

La suspensión suspendida. El 7 de agosto del 2009 el nuevo Ejecutivo suspendió el concurso eólico del bipartito. El plan industrial fue entonces la clave para la adjudicación de megavatios, aunque se incluyó un factor corrector para primar la inversión en sectores estratégicos. Los megavatios se repartieron de nuevo, pero hace unos días los tribunales decidieron anular la suspensión rubricada hace tres años.

Techo de gasto

Austeridad adelantada. Feijoo siempre ha presumido de llevar la austeridad por bandera e incluso de adelantarse a otras Administraciones a la hora de racionalizar el gasto. Bajo esa premisa, hace casi un año estableció, por primera vez, un techo de gasto no financiero de 9.172 millones de euros para el 2012 y más restrictivo para el 2013: 8.481 millones. La medida pionera salió adelante solo con los votos del PP. La oposición se temía recortes.

Catálogo de fármacos

Batalla contra Madrid. Contra viento, Gobierno central y colegios farmacéuticos, la que era conselleira de Sanidade, Pilar Farjas, defendió el catálogo de medicamentos, que priorizaba la prescripción de los fármacos de menor coste y que permitió ahorrar más de 100 millones de euros. El Gobierno central entendió que invadía sus competencias y recurrió al Constitucional, que suspendió el catálogo, aunque rectificó.

La fusión de las cajas

La potencia que no pudo ser. Ríos de tinta han corrido con la fusión de las dos cajas que, cuando Feijoo llegó a Monte Pío, guardaban los ahorros de los gallegos. En octubre del 2009 se inició un proceso de fusión que culminó el 11 de mayo del 2010. Las cosas se torcieron. La regulación estatal obligó a la nueva entidad a bancarizarse y recapitalizarse y ahora lucha con las preferentes. El capítulo no se ha cerrado aún.

La Lei do solo

Vocación de permanencia. Aunque fue la gran apuesta de la primera mitad del mandato, hubo que guardar la reforma en un cajón que volvió a abrirse el pasado mes de marzo con una clara vocación de permanencia y la búsqueda del consenso político, algo de lo que adolece la ley del 2002. El pasado 18 de julio se constituyó una comisión abierta para abordar la ley.

Cambios en el Gaiás

El elefante blanco frena. A finales del 2011, por fin un poco de cordura en el Gaiás: se paraliza la construcción de dos edificios, que permanecerán en stand by hasta más allá del 2018.

Reducción del gobierno

El sumun de la austeridad. Feijoo fusionó en enero las consellerías de Mar y Medio Rural y Cultura y Educación aprovechando los fichajes que Rajoy hizo en Galicia para su Gobierno central: Marta Fernández Currás y Pilar Farjas.