Las amistades más peligrosas de Otero en Corcubión

carballo / redacción

GALICIA

Algunos de sus supuestos socios están metidos de lleno en el narcotráfico

18 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La detención del excomandante del puesto de la Guardia Civil de Corcubión José Álvarez-Otero Lorenzo, como presunto cabecilla de la red gallega que pretendía desembarcar 3,2 toneladas de cocaína en la Costa da Morte ha sacado a la luz asuntos que llevaban décadas generando suspicacias en los ambientes policiales pero que nunca se pusieron negro sobre blanco delante de un juez.

La principal interrogante que ahora tratan de resolver los investigadores es cómo el sargento pudo acumular las propiedades que se le atribuyen y con qué personas se relacionó para obtenerlas. Aunque nominalmente la mayor parte de esos inmuebles y negocios no pertenecen a Otero, son muchas las voces que sitúan al funcionario detrás de los testaferros que aparecen al frente.

Entre esas propiedades se encuentra el edificio de Cee en cuyo bajo está instalado el pub supuestamente perteneciente al sargento y que, además del negocio hostelero, cuenta con otro local comercial y un quincena de viviendas. Fuentes policiales sitúan como financiador de parte de esa construcción a Álvaro Rodríguez Franco, un viejo conocido de las fuerzas de seguridad. No en vano, el empresario ceense fue encarcelado inicialmente en el año 1990, como consecuencia de la operación Mago, que desencadenó el famoso sumario 13/90 con el que el juez Baltasar Garzón asestó el mayor golpe de su historia a las estructuras del narcotráfico gallego, en lo que posteriormente se conoció como operación Nécora.

En el año 2007, el Tribunal Supremo ratificó la condena por aquellos hechos de cuatro años de prisión y una multa de dos millones de euros.

Supuesto vigía privilegiado

Desde aquella época, los mentideros policiales siempre situaron a Otero en la órbita de un conocido clan de narcos de la Costa da Morte, para los que supuestamente prestaba servicios de vigía privilegiado, pudiendo anticipar así cualquier actuación policial en su contra.

Las investigaciones en este sentido nunca se concretaron y, como en todo lo relativo al sargento, las acusaciones se quedaron en comentarios de taberna.

Los rumores no pararon de crecer a lo largo de los años y se incrementaron con algunos sucesos especialmente paradójicos. Uno de ellos se produjo el 13 de agosto del año 2009, cuando dos jóvenes de Cee, que huían a toda velocidad de la Guardia Civil, sufrieron un accidente de tráfico en la carretera comarcal AC-552, a la altura de Berdoias (Vimianzo). Tenían en su poder 100 gramos de cocaína y diversos útiles para manipularla, por lo que fueron detenidos.

Nada más quedar en libertad se les pudo ver en el pub de Cee cuya propiedad se atribuye a Otero, donde además trabajaba la novia de uno de ellos, quien también fue pinchadiscos en uno de los locales de ocio nocturno que supuestamente gestionaba el sargento a través de testaferros.