La difusa alternativa gratuita a la AP-9 languidece con 39 millones

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Solo la variante de Padrón y la tercera ronda coruñesa están en obras

05 ago 2012 . Actualizado a las 13:44 h.

En la época en la que la Administración tiraba de chequera y trazaba líneas de autovía y AVE en cada esquina del territorio, la aspiración de construir una alternativa de alta capacidad a la AP-9 siempre quedaba relegada por obras más rentables políticamente. «Al final siempre triunfaba el argumento de que había que unir con autovía las ciudades que no la tenían y se dejaba para la cola las alternativas al peaje», asegura un técnico que participaba en el diseño de estos proyectos.

El rosario de variantes, circunvalaciones, autovías paralelas o nuevos accesos urbanos se desinflaban a la hora de pasar del papel a la máquina, del proyecto a la obra. Porque la todopoderosa AP-9 siempre estaba ahí para sostener el flujo de vehículos que recorren la Galicia atlántica de norte a sur. Cuando llega la crisis e incluso se empiezan a retirar máquinas de las obras, la situación de esta difusa alternativa ha ido a peor.

Solo hay que ver los Presupuestos Generales del Estado de este año para advertir que el altísimo precio del autopista tras las recientes subidas será un peaje prácticamente inevitable en al menos los próximos cinco años.

Tanto los proyectos para ampliar la capacidad de la N-550 entre A Coruña y Caldas de Reis como las dos autovías paralelas a la AP-9 del sur que parten de la circunvalación de Pontevedra apenas reciben 39 millones de euros en total en las cuentas elaboradas por el equipo de Montoro. Y esto se debe básicamente a que todos los trazados están en fase de proyecto o estudio informativo, a excepción de la variante de Padrón (5,5 millones) y la tercera ronda coruñesa (29,2 millones), que están en obras. Este último trazado es en realidad un acceso urbano, pero se concibió originalmente como un desdoblamiento de la N-550 a partir de la A-6.

Las alternativas a la AP-9 a las que se refería recientemente la ministra de Fomento, Ana Pastor, en las que aseguró estar trabajando, tendrán difícil encaje en una situación de contracción presupuestaria como la que vive el país. Pero queda claro por las consignaciones presupuestarias que, de momento, no hay planes inmediatos para impulsar este proyecto.

Proyectos sin fondos

Solo hay que ver que proyectos como la gran circunvalación de Santiago, entre el sur de Sigüeiro y Padrón, apenas recibe 64.000 euros. Ni siquiera hay presupuesto para variantes muy reclamadas en la misma N-550, como la de Ordes, para la que solo hay 135.000 euros. La de Redondela, la vertiente oeste de la de Caldas, el tramo Ordes-Sigüeiro, o la de Pontecesures y Valga cuentan con asignaciones muy similares. El tramo norte de la quimérica alternativa, por tanto, no parece que vaya a salir de los despachos en mucho tiempo.

En el sur sucede algo similar. La autovía que parte desde Curro hasta Pontevedra sigue en estudio informativo. La A-57 que nace como circunvalación en Pontevedra para enfilar en dirección sur hacia O Confurco (en la A-52) sigue en fase de proyecto, aunque debe estar a punto de ser aprobada pues fue licitada en el 2009. En los Presupuestos hay consignaciones suficientes para terminarlos (2,7 millones), pero no el dinero que se precisa para iniciar las obras este año.

La A-59, que debe conectar la A-57 con Vigo y su entorno, cuenta apenas con medio millón de euros en las cuentas del Estado. Para hacerse una idea de lo que resta por invertir, hay que recordar que las dos vías de alta capacidad cuestan unos 930 millones.