Lo califica de proyecto «extravagante» que Galicia no puede permitirse
04 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Las últimas ocasiones en las que la BBC ha prestado atención a Galicia no la ha dejado en muy buen lugar. Hace unas semanas fue el eléctrico desenlace del robo del Códice, que desnudó de glamur un suceso que alguna prensa extranjera había atribuido a una especie de elegante rififí a la gallega. Ahora, Galicia recupera ese desgraciado protagonismo en un reportaje del canal de noticias de la web de la cadena pública británica gracias por culpa del Gaiás. Su autor, Chris Morris, lo pone de ejemplo de los desmanes que han llevado a España al borde de la quiebra,
«Sus tejados en curva, vestidos de piedra labrada a mano, se diseñaron para que parezcan surgidos del suelo. Su tamaño y estructura quitan el aliento, pero no es una catedral. Es la extravagante Cidade da Cultura de Galicia. Se proyectó en los años del bum español, pero aún está sin terminar y multiplica por cuatro su presupuesto inicial [110 millones de euros]», cuenta el reportaje, que puede leerse en inglés en la dirección http://www.bbc.co.uk/news/19079285.
Morris, que también cita en su información al puerto exterior de A Coruña, data el origen del Gaiás en los tiempos de bonanza, «cuando el dinero no era un obstáculo y todas las regiones españolas querían su versión del exitoso Museo Guggenheim de Bilbao». Y aunque no habla del Gobierno que programó las obras (el de Manuel Fraga) ni del que les dio continuidad (el de Emilio Pérez Touriño), sí cita al actual de Alberto Núñez Feijoo: «El Gobierno gallego sigue apoyando a las ambiciones originales de la Cidade da Cultura, pese a las críticas de que se ha convertido en un proyecto vanidoso que ya no se puede permitir».
No es la primera vez que un medio extranjero pone al Gaiás como ejemplo mastodóntico de gasto público inasumible (la revista estadounidense Time lo definió en mayo pasado como «un elefante blanco colosal»). Y seguramente no será la última, teniendo en cuenta los pésimos augurios del reportero que la BBC envió a Santiago: «Hay pocas expectativas de milagros económicos en esta ciudad santa».