Las embajadas y oficinas comerciales de Galicia se integran en las del Estado

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Los locales se trasladarán a medida que se extingan los alquileres actuales

31 jul 2012 . Actualizado a las 10:59 h.

Galicia integrará sus embajadas y oficinas comerciales en el exterior en la red de embajadas del Estado y en las instalaciones del el Instituto de Comercio Exterior (ICEX). El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, firmó ayer el convenio en Madrid con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo y el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz que permitirá, según dijo, «ahorrar, evitar duplicidades y mejorar la efectividad del gasto público». Las oficinas que se iban a abrir en Shanghái, Berlín y Moscú, por las que la Xunta iba a pagar un alquiler de 21.800, 28.500 y 66.000 euros al mes, respectivamente, se integrarán en el Icex, que cobrará a la Xunta 6.000 euros por las dos primeras y 19.000 por la de Moscú, lo que supone un ahorro medio del 66 %. El resto de la oficinas ya abiertas, cofinanciadas por la Xunta, la Cámara de Comercio y los empresarios gallegos, se irán trasladando a medida que se puedan ir extinguiendo los contratos actuales. Fuentes de la Xunta aclararon que la medida no afecta a la oficina de la Xunta en Buenos Aires, que está integrada en el Centro Gallego y tiene «coste cero».

Feijoo enmarcó está integración de las embajadas en el objetivo de la «internacionalización de la economía gallega y en la apuesta por abrir un camino para que las empresas gallegas exporten». Lo que se pretende es que «en un momento de contracción del mercado interior, las empresas gallegas puedan mejorar su cuenta de resultados y seguir vendiendo en otros mercados». García-Margallo afirmó que a partir de ahora los gallegos «contarán con un embajador, que estará presencialmente a su lado» y con técnicos de los ministerios de Exteriores y de Economía.

García-Legaz vinculó la integración de las embajadas de comunidades en el Icex en la necesidad de «utilizar los recursos públicos de la manera más racional posible». Puso el ejemplo de São Paulo (Brasil), en donde coexistían hasta diez embajadas autonómicas y una del Estado. «No traslada España la mejor imagen posible cuando se permite el lujo de tirar el dinero público», señaló.