El PSOE ve deseos de perpetuarse en el poder, y el BNG habla de «táctica golpista»

La Voz

GALICIA

25 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los grupos parlamentarios de la oposición abundaron ayer en sus críticas a la propuesta esbozada por Feijoo para reducir el Parlamento de los 75 escaños actuales a 61. A la vista de las extrapolaciones que, en función de los criterios de asignación de actas en cada provincia, podrían favorecer en mayor o menor medida al partido mayoritario, PSdeG y BNG perseveraron en su rechazo a esa reforma de la ley electoral.

Si el lunes fue el portavoz nacional del Bloque, Guillerme Vázquez, el más contundente en la reprobación de una medida con la que aseguró que el PP busca un «pucheirazo electoral», ayer tomó su relevo el candidato nacionalista a la Xunta. Francisco Jorquera aludió al intento de sacar adelante la reforma antes de las autonómicas como una «táctica golpista». Juzgó «absolutamente inconcibible tratar de modificar as regras de xogo a metade do partido e cando falta un minuto para que remate».

El diputado socialista José Luis Méndez Romeu no se quedó atrás. Consideró que con la propuesta el PP no persigue ahorrar gasto público, sino «perpetuarse no poder». «É un escándalo maiúsculo. Cando o Goberno está a liquidar o país, se lles ocorre e facer un cambio na distribución dos deputados para que o PP teña a maioría sempre. Xa o fixera Fraga [en referencia a la subida del listón electoral del 3 al 5 %]. E estes dan un paso máis cando as enquisas lles empezan a ser contrarias», opinó Méndez Romeu. Sobre la reflexión de Rueda de que los gallegos no entenderían un rechazo a esta iniciativa, el diputado socialista replicó que «o que non van entender é que fagan unha reforma á medida do PP, para que poda gobernar eternamente». Los socialistas tienen dudas «bastante razonables» del grado de aceptación que suscita esta propuesta de Feijoo dentro del PPdeG.

El parlamentario nacionalista Henrique Viéitez censuró la reducción de escaños como «un recorte á democracia que nos leva por un camiño tremendamente perigoso». Matizó que es una cuestión que por su trascendencia debe ser debatida dentro de la Cámara. «Se houbese calquera tipo de modificación, debería ser de común acordo», apostilló Viéitez Alonso.