Piden cinco años para Silvia Fominaya por quemar el coche de la exmujer de su pareja

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

«Ni sé cómo se quema un vehículo», se defendió la acusada

19 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La televisiva Silvia Fominaya, que se hizo famosa como colaboradora de Crónicas Marcianas y estuvo casada con el exdeportivista Pedro Riesco, ocupó el banquillo de los acusados en los juzgados de A Parda, en Pontevedra. La acompañaban su actual compañero sentimental y uno de los hermanos de este.

La fiscala les imputa sendos delitos de daños y obstrucción a la Justicia, cargos que, en el caso de la que fuera portada en Interviú, conllevan una petición de 5 años de prisión. A su pareja, Pablo González Abal, se le piden seis años, mientras que son cuatro y medio los que se solicitaron para su cuñado Pedro.

Están acusados de haber prendido fuego, en noviembre del 2006, en Tui, al coche de la exmujer de Pablo. La acusación mantiene que esta, además, sufrió una serie de llamadas, alguna de ellas de carácter intimidatorio, en los días previos a la celebración de una serie de procedimientos civiles por la demanda de divorcio o la impugnación de la paternidad que instó Pablo contra ella.

Los encausados negaron los cargos. De hecho, Silvia Fominaya afirmó: «Ni sé cómo se quema un coche». Además, consideró que sería «una falta de respeto» hacia su marido hacer cualquier tipo de afirmación sobre su expareja. En cuanto a Pablo González, este rechazó tajantemente que, a finales del 2006, hubiese ordenado dar un susto a su exmujer, ni que hubiese pedido que la vigilasen. En su intervención, reconoció que esta última «fue abandonada en un momento delicado» -estaba en avanzado estado de gestación-, así como que se casó con ella como consecuencia de la presión familiar y por el embarazo. «Esperé el tiempo mínimo legal», precisó cuando se le preguntó por el momento en que solicitó el divorcio.

No ocultó que en la ruptura «si había un culpable sería yo y no Silvia Fominaya». Se da la paradoja de que la modelo y actriz interpuso una denuncia contra la denunciante tras recibir un fax con contenido que consideró injurioso en un hotel de África donde se encontraba con Pablo González.

La denunciante matizó que esta causa fue archivada y añadió que en el escrito se quedó corta a la hora de expresar lo que sentía. Y no era para menos. Esta vecina de Tui se había despedido de su marido en el aeropuerto con la convicción de que se iba a África en un viaje de trabajo. «Lo mandé [el escrito] el día en el que me enteré que estaba con otra», dijo.

Pedro González, por su parte, solo respondió a las preguntas de su abogado. Precisó que a finales del 2006 salió de prisión tras haber permanecido entre rejas por una denuncia «falsa» de malos tratos de su exmujer, quien ayer se acogió a su derecho a no declarar contra su marido. Al parecer, esta fue la persona que puso a la Guardia Civil sobre su pista: «Quiso perjudicarme. No es una persona que mida las consecuencias».