Oubiña vuelve al banquillo por la operación Cohiba la víspera de su excarcelación

Con el petate preparado para regresar al día siguiente a su casa con el licenciamiento definitivo tras once años y nueve meses de cárcel y de viacrucis carcelario por las más afamadas prisiones del país, Laureano Oubiña Piñeiro vuelve este lunes por enésima vez al banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional, para ser juzgado por blanqueo del dinero que ganó como transportista marítimo de hachís cosechado en Marruecos y otras latitudes. A este juicio llega sin conocer la sentencia de otro que, por un delito similar, se celebró hace 15 días en la Audiencia Nacional, en el que se le acusó de haber dirigido el blanqueo de más de 4,5 millones de euros desde la cárcel a través de un móvil camuflado en una radio.

Catorce años

En ambos juicios se enfrenta a una petición fiscal que suma un total de 14 años de prisión (ocho en el primero y seis en el de mañana). Aunque la sentencia fuese condenatoria en uno de ellos o en ambos, no tendría que volver a prisión hasta que el fallo no sea confirmado por el Tribunal Supremo, salvo decisión en contrario del tribunal.

Si en el anterior juicio lo acompañaron en el banquillo su primo Pepe Nogueira, y su compañera sentimental, Tiziana Cardarelli, en este se reencontrará con su hijastro David Pérez Lago, de 35 años, con quien al parecer no se habla y que cumple su segunda condena, por tráfico a gran escala de cocaína, tras redimir la anterior, por tráfico de hachís (un transporte de 12 toneladas por el que también fue detenida su madre, Esther Lago, fallecida antes del juicio).

También está acusados su suegro, una prima de esta y su marido, una empleada del hogar que Esther había conocido en prisión, y un constructor arousano, padre de la pareja de una de sus hijas. Este tenía que haber comparecido también en el anterior juicio, pero se encuentra enfermo.

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