En plena alarma de la gripe A pronto se conocieron los efectos secundarios del gel. En septiembre del 2009, en la cárcel de Verne, en el Reino Unido, los presos descubrieron que si se lo bebían obtenían un efecto similar al del alcohol. En principio, todo pasó desapercibido, pero a los pocos días se empezaron a registrar peleas.
Los trabajadores de la cárcel, completamente desconcertados, observaron el comportamiento de los reclusos. Pronto descubrieron que el origen de las borracheras que provocaban los altercados estaba en los dispensadores de jabón. De inmediato, se prohibió el uso del producto.
En A Coruña, la asociación Arco Iris denunció el uso de este producto por menores de edad en el ámbito del botellón. Además de su ingesta, se señaló que también se inhala para lograr mareos y somnolencia.