El Gobierno de Pedro Passos Coelho anunció ayer que Portugal y España no estarán conectados por la alta velocidad. Un comunicado del Ministerio de Economía luso aseguró que la decisión de «abandonar definitivamente» el AVE pretende «dar carpetazo a la polémica» generada en el país luso por las presuntas irregularidades en los contratos que habían sido anulados por el Tribunal de Cuentas tan solo unas horas antes.
En Bruselas, la ministra de Fomento, Ana Pastor, extremó la cautela a la hora de evaluar la marcha atrás de Lisboa, asegurando que «es una decisión que lógicamente corresponde a la soberanía de un país», aunque afecte a España y también a Francia.
El Gobierno portugués había suspendido el desarrollo de la alta velocidad en junio, cuando Passos Coelho sucedió a José Sócrates al frente del Ejecutivo. El informe del Tribunal de Cuentas invalida el contrato para la ejecución del tramo más largo, que tendría que unir Poceirao, a las afueras de Lisboa, con Caia, en la frontera con Badajoz. A tal efecto estaba aprobado un desembolso de 1.400 millones.
La conexión entre Oporto y Vigo por ferrocarril de alta velocidad tampoco figura en la agenda del Gobierno de Lisboa, pero sigue entre las prioridades de Galicia. Así lo constató ayer Alberto Núñez Feijoo. «Para Galicia, a mellora da conexión entre Vigo e Porto segue sendo unha prioridade», explicó el presidente de la Xunta, según informa Serafín Lorenzo.